Hoy en mi clase de yoga, Ana, la maestra, se dió cuenta de algo en mí: que casi no respiro. Y siendo ashtanga una variedad de yoga donde se privilegia mucho la respiración profunda, respirar es más que importante. Llegó y me dijo: "¿Por qué no respiras? que no se te olvide respirar. Recuerda que quien deja de respirar se muere." Realmente me pegó su comentario. Ni yo mismo me doy cuenta que no respiro. Parece que vivo de gratis. Pero es muy profundo lo que me dijo Ana, y aún lo estoy digeriendo. Espero más tarde comentar más al respecto. Ya tengo algo de sueño... además fuí a una cena-platica intensa a la que me invitó una amiga. Fue interesante... pero después platicaré más. Solo agradezco ser alguién que ama más las preguntas que las respuestas! Sin las preguntas en el mundo, seguramente si dejariamos de respirar. Noche fría en la Ciudad de México.
jueves, octubre 23, 2003
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