La Suprema Corte de Justicia de México tiene un historial de fallos conservadores, y es hasta hace muy poco que ha empezado a enmendar su plana de sumisión al poder ejecutivo. Ha sido un Corte poco liberal, y solo recientemente ha mostrado ser un poder neutral. Su fallo a favor de reconocer que un conyugue que obligue a su pareja el tener una relación sexual puede ser acusado por violación es de los casos que han dado una nueva cara más moderna al alto tribunal.
Ayer se esperaba otro fallo que confirmaría - o no - la renovación de la Corte, cuando decidiera si la ley de seguridad social de las fuerzas armadas era constitucional o no. Y es que esa ley ha ocasionado que el ejército y la marina den de baja a miembros que se detecte han sido infectados con el virus de inmunodeficiencia humana, y solo por eso, aunque no tengan sida. La ley afirma que si un soldado o marino tiene una enfermedad que lo inhabilite por más de seis meses será dado de baja sin acceso a medicinas servicio de salud, y si tiene menos de 20 años de servicio, no tendrá pensión alguna.
El ala moderna de la Corte - entre quienes están Olga Sánchez Cordero y José Ramón Cosio - dicen que esta ley es inconstitucional por que discrimina y así viola el artículo primero de la Carta Magna. En el ala conservadora está Mariano Azuela quien dice que sería inseguro para las fuerzas armadas el tener miembros enfermos de sida en éstas. Al menos la democracia está viva ya que el debate está intenso.
Sergio Sarmiento escribió ayer en Reforma algo que vale la pena copiar:
"Si los ministros [y ministras, que son dos] aceptan que las Fuerzas Armadas pueden actuar de esta manera, será posible también que se destituya a quienes sufran de cáncer o de diabetes o de cualquier otra enfermedad. Sería un pésimo precedente y el comienzo de una temporada de cacería de enfermos. Esperemos que la decisión final respete los derechos humanos de los enfermos."
El texto que hoy no tiene desperdicio es de Miguel Angel Granados Chapa, también en Reforma, ya que expone las opiniones vertidas por al Conapred y el Censida sobre el caso. Y cierra con uno de los ministros liberales en este caso, José de Jesús Gudiño Pelayo, quien afirma que si se da carta blanca al ejército de expulsar a los infectados, esto "tendría aplicación no solamente en el cuartel... sino que también habría que sacar a todos los seropositivos de las escuelas, de los lugares públicos, prohibirles el acceso a los deportes"...
Los ministros y ministras van a regresar a debatir el lunes y seguramente votarán ese día. Todo un país estará pendiente...
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