El duelo en tiempos del Facebook
Pensé días y días sobre escribir o no este texto.
¿Qué se hace cuando un amigo muere y quedan su facebook, su dirección en tu msn, su blog?
Hace casi cinco meses murió mi amigo Christian Gaudí y apenas voy entendiendo que los duelos son lentos y tramposos. Me dolió de inmediato su pérdida, entender que no lo vería más, ver sufir a todos quienes lo querían… pero es hasta ahora que su ausencia me pesa.
En gran parte me tardé en sentarme y escribir esto, porque siento que me cuelo en una cola de gentes que eran mucho más cercanas a Christian. Y sí, hay al menos un docena de nombres que se me ocurren más indispensables, memorables y sistemáticos que el mío.
Sucede que áun lo extraño.
¿Te ha pasado que a veces dejas de ver a un amigo o familiar, y en una semana lo sueñas o lo recuerdas, y su rostro se te queda pegado? Entonces le marcas, le escribes, y esa su repentina aparición en tu cabeza se vuelve una razón perfecta para volver a verlo.
Llevo dos semanas con Gaudí atascado en mi cabeza, quiero verlo, salir con él, beber con él, hablar con él. No hay modo.
Christian no era ni el más antiguo ni quizás el más entrañable de mis amigos, pero nos unía una complicidad alucinante y un cariño inmediato. Por unos cuatro meses nos volvimos inseparables y mi semana estaba llena con él. Estaba presente… y apenas entiendo como ése es un atributo poco común y harto atesorable.
Su nombre sigue en mi lista de contactos en msn, y no pienso borrarlo. No existe la promesa de que algún día al lado diga ‘online’, pero tenerlo ahí me genera una sonrisa cada vez que lo veo. Aún regreso a su blog y leo y releo cosas que escribió, no como obsesión, pero hacerlo me ayuda a recordarlo: su tono de voz, las palabrejas que usaba, las cosas que le entusiasmaban. No quiero olvidar esos detalles.
Y queda el facebook y esos mensajes spam que te dicen que Christian te mandó un mensaje y la primera vez te dejan blanco, o el duelo de otros que los lleva a taggear a Christian en fotos y textos… ‘Christian Gaudí has been tagged’, y aparece una foto nueva.
Y su facebook mismo…
Desde su muerte, había entrado un par de veces, nada más. Había visto cómo otros le habían escrito cosas, y aunque me conmovía (siempre), no entendía la razón para hacerlo. Hace un par de días, cuando de verdad sentía la necesidad de hablar con él, le escribí un mensaje ahí.
Me sentí mejor al instante. No sé si por haberme permitido el ‘absurdo’, no sé si por tener al menos una ventanita donde contarle que lo extraño, no sé si por el ejercicio simple de escribirle algo donde fuese…
¿Qué se hace con el facebook de alquien cercano que muere?… lo usas.
1 comentario:
Eso me pasa a mí, lo busco en el centro, me voy a coyoacán, me siento en el jarocho, me lanzo a "ciao", me subo al metro, me compro unos pulparindos, un kinder delice, hablo con él, voy a terapia para entenderlo, miro sus fotos, fumo mota y el enorme vacío no se llena nunca...
Fanny.
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