Amo Cataluña, amo a los catalanes, pero el gobierno catalán parece que busca aislar a sus ciudadanos no solo de España, sino de América Latina, y del mundo. Y cuando se centra toda la identidad en solo la lengua, la identidad se debilita. La premisa del gobierno por eso es peligrosa, porque puede provocar lo contrario: debilitar a Cataluña. La circulación de ideas se obstaculiza, y todo por un seudonacionalismo tonto. ¿Por qué no copiar el ejemplo de Holanda? Ahí los niños aprenden no solo holandés, sino inglés, desde muy jóvenes, y eso ha hecho a Holanda no menos holandesa, pero sí más europea.
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