Retrato de 1954 del Abate Pierre.
La última gran luz de la iglesia católica se apagó ayer, ya que murió a los 94 años en Abate Pierre, un sacerdote franciscano que luchó todo su vida por los más humildes de Francia. Sobra decir que todo el país galo se encuentra de luto. Seguramente habrá un antes y un después en el catolicismo francés - y europeo - con la muerte este hombre, y es que tampoco fue el sacerdote común y corriente: fue un rebelde. No solamente criticaba la falta de caridad de los franceses con los sin hogar, sino que criticaba la misma ortodoxia de la Roma: apoyó el uso del condón, el sacerdocio de las mujeres y el matrimonio para las parejas homosexuales. Honesto, afirmó que lo más doloroso en su vida fue vivir el voto de castidad. Fue un hombre congruente, un cristiano de inicio a fin. Estuvo en la resistencia contra los nazis y ayudó a escapar a judíos a través de los Alpes hacia Suiza. Una vez lo apresó la Gestapo pero logró escapar. Criticaba a los políticos, a la iglesia... pero nadie contestaba, porque era excepcional. Se convirtió en la conciencia de Francia.
Su lema era "Dar de comer antes de evangelizar". Si solamente el Cardenal Norberto Rivera (México DF) hubiera pensado sobre ésto antes de decir que el aumento al precio a la tortilla no era una tragedia. Bueno, será que como María Antonieta, ¿él come pasteles?
La France endeuillée (de luto), dice Le Figaro.
PD. La Madre Teresa de Calcutta aún no es beata, y Juan Pablo II, que encubrió el abuso sexual a menores por casi 30 años casi lo es. El proceso diócesano ya termina en abril. No me extrañaría que el Abbé Pierre nunca lo sea...
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