"El vicepresidente de la Unión de Pastores Evangélicos del Estado de Guerrero (UPEEG), Roberto de León, aclaró en una entrevista telefónica que este caso (ocurrido hace un mes en aquella zona de La Montaña), fue tratado en el seno de una reunión de la UPEEG, como un testimonio de la intolerancia que existe y en ningún momento como una denuncia contra las autoridades guerrerenses.
De acuerdo a ese testimonio presentado ante la UPEEG, en una visita de De León a la región de La Montaña encontraron a un hombre postrado en una cama que se quejaba. "En medio de la palma de su mano tenía un pozo. Un pozo de lado a lado (...) Y también tenía un pozo de lado a lado en la otra mano, y me mostró sus pies y también estaba atravezados de lado a lado".
Según relata Roberto de León, también vió la espalda que estaba flagelada con latigazos y al cuestionarlo sobre qué le había sucedido indicó una cruz que estaba al lado de la precaria vivienda, que según relató habían utilizado católicos inconformes con su religión evangélica para crucificarlo.
Cabe destacar que este hecho de intolerancia religiosa no ha sido desmentido por las autoridades del gobierno guerrerense. Además integrantes de la comunidad evangélica de Acapulco aseguran que este caso ha consternado a la comunidad cristiana de la zona, que han ayudado al herido con aportaciones económicas, medícamentos y víveres para la familia del predicador que vive en muy precarias condiciones.
El hombre crucificado en Metlatónoc se está recuperando de las lesiones provocadas por la tortura a la que fue sometido, pero aún se mantiene el sigilo para evitar la trascendencia de estos hechos que a punto estuvieron de cobrarle la vida. De León, vicepresidente de la UPEEG, ha pedido tiempo, "por lo menos quince días", dijo, para poder informar sobre este caso, pues insiste en que está en riesgo la vida de la familia afectada."
Hoy tengo vergüenza en lo poco que me queda de católico. Siento vergüenza por mi iglesia, que se dedica a todo menos a ser iglesia, a ser comunidad. Y no se puede culpar sólo a los fieles fanáticos, sino a la jerarquía fanática, que está enloquecida por el poder y los privilegios, y que quiere aún más. Una iglesia que se dedica a discriminar a las mujeres, a perseguir a gays, a callar hasta sus miembros más honestos y humanos... se dedica a todo, menos a seguir a Jesús, y lo peor, es que todo lo hace en su nombre. Toda la jerarquía, desde los sacerdotes al Papa tienen responsabilidad en ésto por acción u omisión. Pero la jerarquía no va cambiar, no somos ingenuos. Al contrario, su conducta empeorará. Y lo peor es que todavía habrán jóvenes dispuestos a incarse y prometerle obediencia a esa jerarquía corrupta. El error empieza desde el inicio, debido a la ambición o la ingenuidad, y el Enemigo - el verdadero, no los evangélicos porfavor - no podrá estar más feliz. Y así el círculo del mal se cierra, la jerarquía afianza su corrupción en nombre de Dios y los nuevos sacerdotes entran en ella para servirlos.
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