John Le Carré , el autor de la historia base para la gran película El Jardinero Fiel, sabe de lo que habla. Y él escribe en El País porqué se interesó en el asunto del gran poder de las empresas farmaceuticas:
"... el Gran Farma tiene planeado algo más, algo que, a largo plazo, podría ser más catastrófico que todo lo anterior. Está empeñado en la corrupción consciente y sistemática de la profesión médica, país por país, en todo el mundo. Está invirtiendo una fortuna en influir, contratar y comprar las opiniones científicas, hasta el punto de que, de aquí a unos años, si prosigue su camino sin que nadie le controle, será difícil encontrar un juicio médico imparcial.
¿Alguna vez se nos ocurre preguntar a nuestro médico de cabecera -en Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Italia, Francia, España o Portugal-, cuando nos receta una medicina, si la compañía farmacéutica le paga para que la recete? Por supuesto que no. Estamos pensando en nuestro hijo. En nuestra esposa. En nuestro corazón, o nuestro riñón, o nuestra próstata. Y por ahora, gracias a Dios, la mayoría de los médicos rechazan el cebo. Pero otros no, y la consecuencia es, en los peores casos, que sus opiniones médicas no pertenecen a sus pacientes, sino a sus patrocinadores.
En Portugal, hace poco, un empleado del gigante farmacéutico alemán Bayer dio a los periódicos los nombres de 2.500 médicos a los que, aseguraba, se les pagaba para que recetasen los fármacos de la compañía. Se llama Pequito. A pesar de la protección de la policía, Pequito ha sido apuñalado dos veces en el curso de pocos meses. Tras el segundo ataque necesitó 70 puntos..."
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