Ayer les contaba sobre la guerra cultural entre eco-fascistas en Inglaterra y los científicos que en su labor deben experimentar en animales. Bueno, hoy una noticia nueva surge en el tema: mientras la Asociación Psicológica Americana afirma que es una buena medida el permitir el matrimonio a las parejas del mismo sexo, el Vaticano - através de su Darth Vader, el Cardenal Ratzinger- lanza un documento contra el "feminismo radical" y las parejas gays. Un grupo de expertos de la APA llegaron después de sesiones de trabajo a concluir que:
"Prohibiting civil marriage for same-sex couples is discriminatory and unfairly denies such couples, their children and other members of their families the legal, financial and social advantages of civil marriage says the American Psychological Association’s (APA) Council of Representatives in a resolution adopted today. The APA also opposed discrimination against lesbian or gay parents adoption, child custody and visitation, foster care and reproductive health services."
Mientras tanto, en Roma, el Papa lanza una carta a los obispos del mundo. En ésta dice que el feminismo ha inspirado ideologías que ven al hombre y a la mujer como enemigos [me pregunto si eso lo dice después de darse cuenta que no hay un solo sacerdote mujer...]. Sin embargo, él llama a respetar más a las mujeres que trabajan [bueno, ya era hora no?]
Reafirma la oposición, más de la iglesia, de la jerarquía [muy hipocrita] al matrimonio para parejas del mismo sexo. La carta dice que la visión de igualdad del feminismo ha inspirado ideologías "que ponen en duda a la familia, a su estructura de natural de dos padres, madre y padre, y hace a la homosexualidad y a la heterosexualidad virtualmente equivalentes."
La carta llama a un mayor rol de la mujer en el gobierno de la iglesia, pero no acepta que el sacerdocio pueda ser ejercido por mujeres. Como muestra de esa voluntad, una monja italiana a sido asignada en un puesto ejecutivo en el Ministerio de Asuntos Exteriores del Vaticano. [Dios, cuanta generosidad...]
Angela Philips, profesora en Goldsmith College, en Londres, afirma que "los cambios sociales son incomodos para aquellos que forman parte de la estructuras de la sociedad anterior, y por ello tratan de mantener el status quo con el cual las mujeres han luchado". Erin Pizzey, fundadora del movimiento internacional de mujeres refugiadas comenta que: "No creo que la iglesia católica - cuyos prpios sacerdotes no se pueden casar - esté en posición de hacer estas aseveraciones. Es una de las organizaciones más analfabetas emocionalmente que conozco."