viernes, marzo 28, 2008

Bicentenario: la iglesia católica quiere reescribir la historia

El Bicentenario será momento propicio para hacer un corte de caja, y el rol de la iglesia católica - el pasado y el actual - no está excento de debate. Copio de Milenio Diario:

Bicentenario: polémica, la participación de la Iglesia

Ante el anuncio de que en breve la Iglesia presentará su programa de participación en los festejos del bicentenario, los historiadores polemizan sobre si esto es pertinente y legítimo.

Foto: Especial


28-Marzo-2008

La jerarquía católica prepara su asamblea ordinaria del próximo mes de abril, de donde surgirá la propuesta que definirá su participación en las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, confirmó a MILENIO Monseñor José Guadalupe Martín Rábago.

Sin embargo, historiadores como Patricia Galeana defienden la laicidad y opinan que la Iglesia católica debe quedar fuera de estas conmemoraciones. La secretaria técnica de la comisión especial encargada de estas conmemoraciones en el Senado de la República, opina que “la Iglesia católica no tiene por qué participar en esta conmemoración, porque México es un estado laico”.

La ex directora del Archivo General de la Nación, considera que la celebración se encamina al nacimiento de México a la vida independiente, hecho histórico que “nada tiene que ver con la Iglesia, porque esta institución excomulgó a Miguel Hidalgo, el Padre de la Patria, y además no reconoció la gesta independentista sino hasta el año de 1836”.

Por estas razones, argumenta la historiadora, lo “mejor que nos pueda pasar es que no participe, que no quiera capitalizar esto políticamente”.

Desde la perspectiva de Jean Meyer, especialista en la revolución cristera, la intervención del clero puede contribuir al enriquecimiento de los hechos históricos.

Aunque desconoce el programa que prepara la Iglesia, dice que puede imaginar una mesa redonda de historiadores sobre la participación de sacerdotes como Hidalgo o Morelos, en la Guerra de Independencia.

Otro de los temas que podrían abordar sería la división de la Iglesia frente a la lealtad que mostró a España, y cómo fue su participación en la insurgencia.

Sobre cuáles podrían ser sus aportaciones, consideró importante que se hable del contenido de los archivos eclesiásticos, pues representan un gran tesoro para los historiadores. “Ese acervo bien podría ser estudiado e investigado, pues recientemente el Papa Benedicto VXI ordenó la apertura de esos archivos tanto de la Iglesia católica en México como en el Vaticano. Cosa que cuando yo hacía mi investigación de la Cristiada, hace 40 años, los archivos estaban cerrados para la indagación del conflicto religioso”.

Quieren cambiar la historia: Patricia Galeana

Como responsable de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, del Senado, la historiadora Patricia Galeana señala que aun cuando los religiosos sostengan que Miguel Hidalgo no fue excomulgado y que murió en el seno de la Iglesia, “esto es parte del maniqueísmo neoconservador. Incluso esa excomunión del obispo Abad y Queipo fue ratificada por otros obispos y arzobispos como Lizana y Beaumont, porque se revelaba contra la Corona española, es decir tenía una finalidad evidentemente política”

La esencia de esta expulsión religiosa era descalificarlo frente al pueblo, en el momento en que era el líder de un movimiento insurgente. Este objetivo lo consiguieron a tal grado que Hidalgo, que se la pasó escribiendo para defenderse de los ataques de la Inquisición, argumentaba que no se había alejado ni un ápice de la religión.

“Después nos han venido a dar otros argumentos de que no murió fuera de la Iglesia católica y que sí se le dio la comunión antes de morir, incluso que se le sepultó.

“A mí me parece que no se justifica de ninguna manera esta propuesta de algunos legisladores de pedir al Papa que se levante la excomunión, esto me parece absolutamente fuera de lugar, porque no somos un estado confesional”, destaca Galeana.

Lo que pudo ver la población de siglo XIX fue la cabeza de Miguel Hidalgo colgada en una jaula en una de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, y precisamente esta acción tuvo un efecto religioso y político.

“Me parecería una aberración con la historia de México. Creo que a la Iglesia lo único que le interesa es tener un protagonismo política y por eso ventila en ruedas de prensa el asunto de Hidalgo. Ahora resulta que a Hidalgo lo quieren mucho y es una maravilla; como lo hiciera, Rivera Carrera, quien cambió su discurso antijuarista, a pesar de que nunca le han perdonado que les haya quitado sus bienes: él dijo que Juárez era católico y guadalupano, que nos hacían falta muchos Juárez”.

Cuestiona el hecho de que se quiera cambiar la historia y se refirió en particular a que Calleja pudo haber sido el padre de la patria, además de criticar el proceder de las autoridades que en el sexenio de Fox autorizaron el cambió de nombre de Juárez a 417 lugares en el país.

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