JAQUE MATE La epidemia |
Sergio Sarmiento
"El miedo a un desastre hace que todo el mundo actúe de manera que fortalece el desastre".
Bertrand Russell
¿A quién le creemos? ¿Al secretario de Salud, que nos dice que la epidemia de influenza está bajo control y que se están aplicando medidas de simple precaución? ¿O a los inspectores que se presentaron este fin de semana en restaurantes con clientes adentro y los amenazaron con clausurarlos definitivamente si no cerraban en ese momento y hasta el 6 de mayo?
¿A las autoridades que nos dicen que hay una veintena de casos de muertes comprobadas de la epidemia de influenza y unas 80 en total que podrían estar relacionadas? ¿O a la funcionaria del ISSSTE que me decía el viernes que sólo en esta institución se registraron 194 decesos en las últimas dos semanas por "pulmonía" por lo que el número real de fallecimientos debe ser mucho mayor?
Lo que sabemos es que la alerta médica se ha generado porque la influenza, o gripe porcina ha hecho su aparición en México y Estados Unidos con una nueva cepa del virus llamada A/H1N1. Ésta nunca se había detectado ni en puercos ni en humanos. De ahí el peligro. Las vacunas y medicamentos antivirales podrían no ser eficaces contra esta nueva cepa.
La falta de credibilidad del gobierno mexicano empeora las cosas. La gente piensa en automático que las autoridades están ocultando información, particularmente en el número de muertes, o están exagerando la amenaza por razones políticas. Algunas personas se han dejado capturar por un ánimo de histeria, como si el país estuviera azotado por una pandemia tan seria como la de 1918-19, que dejó más de 50 millones de muertos en el mundo. Otras no toman siquiera la precaución de usar tapabocas en lugares concurridos.
La influenza es una enfermedad que usualmente mata a niños menores de cinco años y a personas de la tercera edad. Por eso las campañas de vacunación se concentran en estos grupos. En esta ocasión las muertes han sido en buena medida de personas entre los cinco y los 45 años de edad. Esto significa que o la cepa es particularmente mortífera en grupos de población antes resistentes o, lo más probable, que las vacunas que se aplicaron en el invierno hayan tenido éxito y protegido a los grupos más vulnerables.
Siempre hay decesos por influenza en el país, sólo que el número ha aumentado de manera muy importante en estas últimas semanas. Entre octubre de 2008 y marzo de 2009 se registraron en México 30 defunciones por influenza (Secretaría de Salud citada por El Informador de Guadalajara). Si las 80 aparentemente vinculadas con esta cepa en las últimas tres semanas se confirman, se trataría realmente de un brote atípico, especialmente si consideramos que el virus es más activo en invierno.
Sin embargo, en México se registran por todas las causas más de medio millón de muertes al año (514,420 en 2007, según el INEGI). De ésas, unas 60 mil son por diabetes mellitus ("Principales causas de mortalidad", Afomsalud.com). El peligro de morir por influenza sigue siendo relativamente bajo, aun en medio de esta epidemia.
El periodo de incubación de la influenza es relativamente rápido. Si se logra parar la epidemia en este momento, el peligro habría pasado en un par de semanas. Pero es importante que los mexicanos entendamos la situación. Una actitud demasiado laxa puede ser peligrosa. Pero también un pánico como el que se está provocando.
Alerta internacional
Este sábado 25 de abril se reunió en teleconferencia el Comité de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud. Los miembros "identificaron una serie de lagunas en los conocimientos actuales sobre las características clínicas, epidemiológicas y virológicas de los casos notificados. [...] No obstante, el comité acordó que la situación actual constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional". De momento hay una alerta internacional de fase 3 en una escala del 1 al 6. El martes 28 de abril habrá una reevaluación. [nota de Alfredo Narváez: ocurrió hoy lunes 27 de abril, subió a nivel 4]
"El miedo a un desastre hace que todo el mundo actúe de manera que fortalece el desastre".
Bertrand Russell
¿A quién le creemos? ¿Al secretario de Salud, que nos dice que la epidemia de influenza está bajo control y que se están aplicando medidas de simple precaución? ¿O a los inspectores que se presentaron este fin de semana en restaurantes con clientes adentro y los amenazaron con clausurarlos definitivamente si no cerraban en ese momento y hasta el 6 de mayo?
¿A las autoridades que nos dicen que hay una veintena de casos de muertes comprobadas de la epidemia de influenza y unas 80 en total que podrían estar relacionadas? ¿O a la funcionaria del ISSSTE que me decía el viernes que sólo en esta institución se registraron 194 decesos en las últimas dos semanas por "pulmonía" por lo que el número real de fallecimientos debe ser mucho mayor?
Lo que sabemos es que la alerta médica se ha generado porque la influenza, o gripe porcina ha hecho su aparición en México y Estados Unidos con una nueva cepa del virus llamada A/H1N1. Ésta nunca se había detectado ni en puercos ni en humanos. De ahí el peligro. Las vacunas y medicamentos antivirales podrían no ser eficaces contra esta nueva cepa.
La falta de credibilidad del gobierno mexicano empeora las cosas. La gente piensa en automático que las autoridades están ocultando información, particularmente en el número de muertes, o están exagerando la amenaza por razones políticas. Algunas personas se han dejado capturar por un ánimo de histeria, como si el país estuviera azotado por una pandemia tan seria como la de 1918-19, que dejó más de 50 millones de muertos en el mundo. Otras no toman siquiera la precaución de usar tapabocas en lugares concurridos.
La influenza es una enfermedad que usualmente mata a niños menores de cinco años y a personas de la tercera edad. Por eso las campañas de vacunación se concentran en estos grupos. En esta ocasión las muertes han sido en buena medida de personas entre los cinco y los 45 años de edad. Esto significa que o la cepa es particularmente mortífera en grupos de población antes resistentes o, lo más probable, que las vacunas que se aplicaron en el invierno hayan tenido éxito y protegido a los grupos más vulnerables.
Siempre hay decesos por influenza en el país, sólo que el número ha aumentado de manera muy importante en estas últimas semanas. Entre octubre de 2008 y marzo de 2009 se registraron en México 30 defunciones por influenza (Secretaría de Salud citada por El Informador de Guadalajara). Si las 80 aparentemente vinculadas con esta cepa en las últimas tres semanas se confirman, se trataría realmente de un brote atípico, especialmente si consideramos que el virus es más activo en invierno.
Sin embargo, en México se registran por todas las causas más de medio millón de muertes al año (514,420 en 2007, según el INEGI). De ésas, unas 60 mil son por diabetes mellitus ("Principales causas de mortalidad", Afomsalud.com). El peligro de morir por influenza sigue siendo relativamente bajo, aun en medio de esta epidemia.
El periodo de incubación de la influenza es relativamente rápido. Si se logra parar la epidemia en este momento, el peligro habría pasado en un par de semanas. Pero es importante que los mexicanos entendamos la situación. Una actitud demasiado laxa puede ser peligrosa. Pero también un pánico como el que se está provocando.
Alerta internacional
Este sábado 25 de abril se reunió en teleconferencia el Comité de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud. Los miembros "identificaron una serie de lagunas en los conocimientos actuales sobre las características clínicas, epidemiológicas y virológicas de los casos notificados. [...] No obstante, el comité acordó que la situación actual constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional". De momento hay una alerta internacional de fase 3 en una escala del 1 al 6. El martes 28 de abril habrá una reevaluación. [nota de Alfredo Narváez: ocurrió hoy lunes 27 de abril, subió a nivel 4]
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