Uno de los mejores canales de televisión de México empieza a ser desmantelado, en nombre de su mejora claro. La barra de opinión es pasada de 10 a 11 de la noche para quitarle audiencia, y se le quita tiempo al noticiero nocturno, todo para dejarle más a series de acción. Justo en un año electoral crucial se quitan espacios de análisis, de diálogo, en un país no muy conocido por tenerlos. Y esos son solo algunas de las sutiles formas de censura que se imponen. ¿Esto es capricho del director del canal, Fernando Sariñana? No parece, ¿justo a meses de una gran elección? ¿Porqué cuando el autoritarismo hace de las suyas siempre lo hace por el mejor futuro de todos no se han fijado? Lean el preciso texto que escribe el renombrado escritor Fernando del Paso hoy en La Jornada. Copio solo el inicio:
Como ciudadano y como escritor, como amante de la cultura, me siento calificado para dar una opinión sobre los cambios que ha sufrido –
Y es el caso de Conversando con Cristina, un programa de entrevistas que, como saben bien los lectores, ha sido conducido por Cristina Pacheco durante 11 años, transmitido en vivo todos los viernes a las ocho de la noche por el Once. Por este programa ha desfilado medio México, o México y medio: toda clase de personalidades de la música –clásica y popular– y de las letras, del mundo del arte y del folclor, del periodismo, del espectáculo y de la farándula, de la ciencia y la cultura: todos han caído en las redes de una de las mejores y más inteligentes, más hábiles y simpáticas periodistas del país. Y con ellos y sus palabras México se ha enriquecido. Ahora resulta que la dirección del Once decidió cambiar este programa para los domingos a las seis de la tarde. Cristina se opuso pero, como donde manda capitán no gobierna marinero, prefirió renunciar.sufridoes la palabra exacta– el canal que durante 50 años se llamó Canal Once, y hoy Once TV México. Pero hay algo más que me autoriza: durante 14 años trabajé en agencias de publicidad, en las cuales no sólo aprendí cómo se manipula la conciencia del consumidor: también los secretos y trucos de la mercadotecnia y, con ella, de las estrategias mediáticas de la radio y la televisión. Durante dos de esos años fui uno de los tres escritores de un programa que producía la agencia Walter Thompson para el Servicio de Información de la embajada de Estados Unidos, llamado El mundo en marcha, que se transmitía todos los sábados a las ocho de la noche por la XEW. Fue entonces que también aprendí cómo se manipulan las noticias, un conocimiento que tuve oportunidad de ampliar y profundizar con creces durante otros 14 años, que fueron aquellos en los que trabajé como periodista, locutor, traductor y productor de noticieros y programas en el Servicio Latinoamericano de la BBC de Londres y, durante un año más, en Radio Francia Internacional. Otra cosa me enseñó este oficio: la importancia de los horarios de transmisión, un elemento que puede también manipularse al gusto para darle mayor importancia a un determinado programa, o para relegarlo al olvido en la mente de quien lo escucha o lo ve. Esta segunda posibilidad es un ejemplo clásico de lo que se conoce como censura disfrazada. Una censura travesti.
1 comentario:
¡no sabía lo de Pacheco! pero qué podemos esperar de quien se le ocurre hacer "Chicas Mal" o "Amar Te Duele"? será casualidad o causalidad, no lo sé, pero programas como Primer Plano de repente "se borra" de la programación y ya van dos semanas que me lo pierdo.
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