La publicidad es hoy una de las mayores fuerzas de cambio cultural, que refleja a nuestras sociedades y a fuerza de reflejarlas nos hace caminar más. Este anuncio televisivo de Coca Cola light Lime fue transmitido en Francia hace poco, en la llamada Hija Mayor de la Iglesia. Vaya, como están cambiando las cosas aún ahí... No sólo es hoy el hombre el símbolo sexual en la publicidad - cosa que a mí a diferencia de otros nunca ha molestado - sino que es un sacerdote de la iglesia católica! Y no sólo guapo, sino claramente coqueto... Lo intrigante es saber de qué estarán platicando en el último cuadro:
- no sabía que fuera padre...
- No soy padre, sino sacerdote, y hablame de tú porfavor. Soy Fabien, tú?
Wow, publicidad así, fresca e innovadora urge en México. Publicidad que rete y enganche a la audiencia, y que al hacerlo, claro hará que compre. Y claro hará también que cree nuevos imaginarios, y con ellos nuevas realidades. La publicidad, como el arte, ventila y adelanta el inconciente colectivo y lo que éste ve, y no me extrañaría que algo de que este comercial ve es el futuro: el derecho al matrimonio para los sacerdotes católicos. No es algo tan radical como parece, y sí es algo urgente, algo que la misma jerarquía no quiere, pero que no le quedará otra, y este comercial parece inofensivo, pero todo menos eso, como en el caso del Código da Vinci, ésta también es la imaginación, es la voz del futuro hablando...
(vía Oh la la Paris)
- no sabía que fuera padre...
- No soy padre, sino sacerdote, y hablame de tú porfavor. Soy Fabien, tú?
Wow, publicidad así, fresca e innovadora urge en México. Publicidad que rete y enganche a la audiencia, y que al hacerlo, claro hará que compre. Y claro hará también que cree nuevos imaginarios, y con ellos nuevas realidades. La publicidad, como el arte, ventila y adelanta el inconciente colectivo y lo que éste ve, y no me extrañaría que algo de que este comercial ve es el futuro: el derecho al matrimonio para los sacerdotes católicos. No es algo tan radical como parece, y sí es algo urgente, algo que la misma jerarquía no quiere, pero que no le quedará otra, y este comercial parece inofensivo, pero todo menos eso, como en el caso del Código da Vinci, ésta también es la imaginación, es la voz del futuro hablando...
(vía Oh la la Paris)
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