Muchas de las costumbres de la Inglaterra Victoriana del siglo XIX aún nos acompañan. No se condena hablar de sexo, pero sí ejercer una sexualidad visible. Nadie habla de la sexualidad de las personas de tercera edad, como nadie habla de la sexualidad de los adolescentes - como si no existieran. Pero poco a poco la luz del control victoriano empieza a apagarse, mientras otras lamparas empiezan a prenderse...
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