Hoy es el aniversario de la clausura del Concilio que cambió a la Iglesia Católica preparándola para el inicio del siglo XXI, pero los avances realizados han sido echados atrás por una jerarquía aceda que sólo busca preservar sus visiones medievales a costa de todo. Como muestra de todo lo pérdido en éstos 40 años sólo recordemos las palabras finales de clausura dichas por Pablo VI: "Ninguno es extraño, ninguno excluido y ninguno lejano".
Que lejanes están esas palabras hoy, parecen utópicas de hecho. Y es la Iglesia Católica ha tomado el retorno, y no a los origenes precisamente ( que sería genial ) sino a la cerrazón teocrática del medioevo. Pero como a fines de la Edad Media, siempre hay Américas ocultas esperándo, y las que vienen dejarán sin aliento hasta las estatuas de marbol del Vaticano, y nada volverá a ser igual...
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