domingo, noviembre 12, 2006

El clóset pierde a Carlos Gelista y al PAN, mientras éste se fundamentaliza

Es sorprendente ver como la democracia, cuando funciona, revela lo más profundo de nosotros. Y eso le sucedió al Partido Acción Nacional esta semana con la votación de la ley de sociedades de convivencia.

El día de la votación, el 9 de noviembre, la fracción panista repetía y repetía en tribuna la posición de que no estaba en contra de las personas homosexuales, y que sólo por problemas jurídicos de la iniciativa votaría en contra. A pocos convenció ese argumento, porque conocen bien el PAN, que en los últimos seis años ha hecho todo lo posible por descarrilar esa nueva legislación, por lo que la doble moral del PAN fue realmente evidente, como al decir que se estaba legislando al vapor, cuando la iniciativa llevaba ya casi seis años en discusión pero se hizo mucho más después de la votación misma, como reporta hoy el Reforma:

"La aprobación de la ley de sociedades de convivencia ha evidenciado y agudizado las diferencias al interior de la fracción del PAN en la Asamblea Legislativa. A tal nivel se encuentran divididos, que este lunes harán un balance con su dirigencia local, sobre la estrategia que utilizaron para defender su posición en contra de la ley y tratarán de encontrar culpables. Panistas inconformes comentaron que detrás de su molestia con la nueva ley, están las presiones y reclamos de grupos de la sociedad civil y de la iglesia católica, quienes consideran que la fracción del PAN no actúo como debía... explicaron que los reclamos llegaron hasta la cúpula panista y se centraron en la dirigencia local, al mando de Carlos Gelista... Reclamó [un panista que pidió anonimato] que además no se hizo el cabildeo suficiente con los otros partidos y como muestra de ello, fue el revés que les dió la fracción del Partido Verde, el cambiar el sentido de vu voto y limitarse a abstenerse. La fracción, agregó, se tardó mucho en discutir y fijar postura sobre la Ley, a pesar de que por principios de esa agrupación, tenía que rechazarse de inmediato..."

Es necesario desglosar lo anterior:

1. Los panistas inconformes hablan de presiones de la iglesia católica y otras organizaciones. Lo cual fue obvio el día mismo de la votación: el representante de los Caballeros de Colón entró con gafete de invitado especial y se sentó cerca de la fracción panista, como otros miembros del PES (Partido Encuentro Social) que agrupa a iglesias evangelistas. Y claro, la extrema derecha nunca ha sido afecta de la democracia - no por nada apoyó los golpes contra la república española y contra la democracia chilena - como no lo es ahora, por lo que ahora amenaza el PAN mismo... y como en Estados Unidos, con el partido repúblicano, trata de secuestrarlo.

El de la izquierda es Carlos Gelista, a la derecha está César Nava, quien se cree será secretario particular de Felipe Calderón.


2. Carlos Gelista juega la peor posición en esta terrible encrucijada, por que dirige un partido conservador en la ciudad más liberal del país más laico de América Latina. Y no sólo eso, según fuentes fiables, Carlos Gelista es homosexual, que no gay - aún no lo asume publicamente. Así es, parece que tenemos otro lastimoso caso de un hombre homosexual enclosetado atacando los derechos civiles de quienes también son homosexuales pero quieren vivir vidas honestas fuera del clóset. Y por favor, no es el único en el PAN. Hay mujeres y hombres homosexuales en altos cargos en todas partes: desde Los Pinos hasta el Senado. El clóset es tan tan terrible que nadie ha abierto la boca publicamente para defender a sus hermanos y hermanas gays y su derecho a que su vida común sea reconocida legalmente. Tenía esperanzas en que Gelista fuera más decente, pero La Prensa publica sobre sus declaraciones el mismo jueves 9:

"Pronosticó que no será muy utilizada [la ley de sociedades de convivencia] por la ciudadanía, pues, dijo, no es algo que haya sido sumamente demandado por la población..."

¿Es revelador ver como el señor Gelista proyectó su clóset a toda la Ciudad de México no es así? Como él no puede usar la nueva ley por estar enclosetado - hay que salir del clóset para poder tener derecho a sus beneficios - por eso cree que nadie querrá usarla. El hombre necesita terapia, y pronto.

El gran William Blake comenta que el agua estancada se fermenta y se pudre, y eso le está pasando al PAN: se está estancando con ideas del siglo XIX - la homosexualidad es una enfermedad, los anormales no merecen derechos - que defienden grupos que todavía critican el divorcio y el uso de condones. Y no sólo el estancamiento de las ideas está pudriendo al PAN, sino el clóset al que sujeta y encierra a muchos de sus mejores cuadros. Lo siento por Gelista, pensé mucho en escribir o no sobre su caso, pero este es un momento extremo, ya que el dirigente del PAN del DF está de acuerdo en buscar que la nueva ley sea derogada por la Suprema Corte. Dudo que la Corte lo haga, pero ver la saña de Gelista fue la mejor evidencia de que no es posible encubrir a un homosexual que buscan quitarle derechos otros homosexuales pero que buscan vivir de forma honesta.

3. El PAN se está fundamentalizando, no quiere ver al mundo con ojos racionales sino con ojos morales. El PAN debe recordar que no es una iglesia sino un partido político que está llamado a gobernar a ciudadanos, no a fieles. Y el nuevo fundamentalismo de los partidos conservadores tiene un psicología particular que delinea muy bien Andrew Sullivan en su libro The Conservative Soul. Y parafraseandolo creo se puede decir que los Panistas se han empecinado tanto por lo que están en contra que han olvidado lo que supuestamente están en pro. Esa es la diferencia entre el creyente y el fundamentalista: el creyente sabe en que cree, el fundamentalista sabe en que cree pero además les dice a los que no creen como él que están equivocados y les impide vivir sus vidas. Y hay fundamentalismo en este sentido de izquierdas y de derechas: desde los de Mao y Castro a los de Franco y Hitler. Es urgente que el PAN regrese a los principios democráticos de Gómez Morín y deje los dogmas del Levítico, que se acerque a conservadores escépticos del poder como Michael Oakeshott y se aleje de conservadores teocráticos como Joseph Ratzinger. El PAN debe ser un partido moderno, y no uno decimonónico. Eso salvará al PAN, y hará como dice su lema, una patria más ordenada y sobre todo, generosa.

PD. Y es realmente revelador como el PAN se está quedando a la zaga de otros partidos conservadores - como el británico - en temas de derechos humanos...

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