lunes, noviembre 01, 2004

Elecciones, religión y miedo

En las elecciones de mañana en Estados Unidos no sólo se votará por Presidente y miembros del Congreso. Algunos Estados pasarán iniciativas sobre varios temas, 11 por ejemplo, sobre si prohiben o no que dos ciudadanos del mismo sexo se puedan casar o no. Las ONGs que defienden los derechos civile están preocupadas porque ven que las fuerzas conservadoras están usando argumentos de odio y miedo para quitarle derechos a los gays y lesbianas.

Andrew Sullivan comenta que lo irónico es que los Estados donde más hay divorcios en los que son más conservadores, y claro, Republicanos. El Boston Globe comenta que usando datos del Censo de E.U. se ve una incidencia de divorcios mayor al promedio nacional en el llamado Bible Belt. Del blog de AS:

The Associated Press, using data supplied by the US Census Bureau, found that the highest divorce rates are to be found in the Bible Belt. The AP report stated that "the divorce rates in these conservative states are roughly 50 percent above the national average of 4.2 per thousand people." The 10 Southern states with some of the highest divorce rates were Alabama, Arkansas, Arizona, Florida, Georgia, Mississippi, North Carolina, Oklahoma, South Carolina, and Texas. By comparison nine states in the Northeast were among those with the lowest divorce rates: Connecticut, Massachusetts, Maine, New Hampshire, New Jersey, New York, Pennsylvania, Rhode Island, and Vermont.
Actually, I do think that one reason the anti-marriage forces in the South are so strong, when it comes to gay couples, is due to classic scapegoating. How much more comforting to believe that the problems of marriage lie with a distant "other" than in the heart of your own neighborhood and culture.

Así, Andrew atina de nuevo. Lo que sucede ahora en esos Estados tan religiosos es algo típico y que se ha usado desde el tiempo en que se condenaron a brujas en Salem: buscar chivos expiatorios por los problemas de los demás. Es mejor echarle la culpa a la minoría, al otro, al raro, que ver en nuestros propios vacios.

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