Hablando de sagradas escrituras, si revisamos en todos los evangelios lo que Jesús menciona sobre amor es mucho. De hecho dice que toda la ley se resume en amar al prójimo como a uno mismo. En este sentido, para el cristianismo la igualdad es un valor fundamental. Todos los seres humanos son iguales ante Dios, sean reyes o humildes carpinteros. No por nada Jesús mismo elige seguidores entre las personas comunes y corrientes de su época, y se reúne con mujeres, habla con soldados romanos y toca enfermos. Pero en ningún evangelio se lee que condene a las personas homosexuales. Condena a quienes no aman, pero nunca a quienes aman a alguien de su mismo sexo, siendo que la homofobia era una práctica judía de la época. Pero no hay nada en la escritura al respecto.
Todo esto es aún más relevante cuando lo ponemos en el contexto actual, cuando organizaciones que se llaman a sí mismas CRISTianas están gastando fortunas para impedir ahora que las parejas del mismo sexo se casen en California, apoyando las acciones para que en noviembre en un referendum la gente vote para quitarle ese actual derecho a quienes quieran gozarlo, sin importar su sexo. Afirman que defienden la familia y al matrimonio, pero es contradictorio defender algo de lo que los otros quieren ser parte, a menos que no querramos que gocen de los beneficios de ese derecho por una simple razón: odio. La discrominación como estrategia de poder, y en nombre de Jesús. Esta tradición es antigua: en la España medieval, el santo apostol Santiago tenía el subtítulo de Matamoros; en la Nueva España (el actual México) se le puso el de Mataindios. Hoy, los cristianos no piden matar a gays y lesbianas - sería muy burdo quizá retomar el ejemplo de Hitler - pero se les quiere impedir el ingreso a la única institución que queda cerrada a su presencia (pueden votar): el matrimonio civil. Sería interesante ver qué opina Jesús de esto, ver como tantos llamados cristianos se olvidan del radical llamado a la igualdad que él ordena.... en su nombre.
Todo esto es aún más relevante cuando lo ponemos en el contexto actual, cuando organizaciones que se llaman a sí mismas CRISTianas están gastando fortunas para impedir ahora que las parejas del mismo sexo se casen en California, apoyando las acciones para que en noviembre en un referendum la gente vote para quitarle ese actual derecho a quienes quieran gozarlo, sin importar su sexo. Afirman que defienden la familia y al matrimonio, pero es contradictorio defender algo de lo que los otros quieren ser parte, a menos que no querramos que gocen de los beneficios de ese derecho por una simple razón: odio. La discrominación como estrategia de poder, y en nombre de Jesús. Esta tradición es antigua: en la España medieval, el santo apostol Santiago tenía el subtítulo de Matamoros; en la Nueva España (el actual México) se le puso el de Mataindios. Hoy, los cristianos no piden matar a gays y lesbianas - sería muy burdo quizá retomar el ejemplo de Hitler - pero se les quiere impedir el ingreso a la única institución que queda cerrada a su presencia (pueden votar): el matrimonio civil. Sería interesante ver qué opina Jesús de esto, ver como tantos llamados cristianos se olvidan del radical llamado a la igualdad que él ordena.... en su nombre.
1 comentario:
se basan en las Escrituras, pero en el Viejo Testamento donde la homosexualidad esta profunda y claramente condenada... Yo soy una buena cristiana amo a mi projimo y si no puedo (hey soy una simple humana) al menos no me emto en su camino, claro q espero (ingenuamente talvez) q los demás hagan lo mismo.
Pero soy una soñadora y spero q eso pase algún dia.
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