Un niña de nueve años es abusada durante años por su padrastro, hasta que un día él la viola y ella queda embarazada. La madre logra arreglar un aborto de emergencia, ya que los médicos le dicen que la niña sufre en embarazo de alto riesgo debido a su inmadurez física y al esperar gemelos. El gobierno brasileño permite el aborto, ya que el Brasil solo es legal en caso de violación. En ello, el arzobispo católico de Olinda y Recife, Jose Cardoso, condena a la madre y a los doctores y los excomulga. El debate público es tan intenso, que el ministro de salud y el mismo presidente Lula da Silva critican la posición del arzobispo. Y viene la respuesta del Vaticano a la crítica oficial: el el Cardenal Re, que encabeza la Comisión Pontificia para América Latina dice al diario La Stampa que el arzobispo brasileño hizo lo correcto, afirmando que la vida de los fetos debería haber sido protegida, a lo que yo me pregunto: ¿y la vida de la niña? No, el arzobispo brasileño dijo que era preferible que la niña hubiera muerto dando a luz, así se hubiera hecho santa...
Y el padrastro violador, ¿por qué a él no se le excomulgó? El arzobispo dijo que aunque su crimen era grave, no lo era tanto como el hecho de terminar con la vida de un feto. Andrew Sullivan dice que cree que el Vaticano está acostumbrado a encontrar el menor de dos males cuando se trata de violar y abusar sexualmente de niños...
Y el padrastro violador, ¿por qué a él no se le excomulgó? El arzobispo dijo que aunque su crimen era grave, no lo era tanto como el hecho de terminar con la vida de un feto. Andrew Sullivan dice que cree que el Vaticano está acostumbrado a encontrar el menor de dos males cuando se trata de violar y abusar sexualmente de niños...
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