Le Monde cuenta hoy el triunfo de un simple invento que ha cambiado la forma de hacer negocios, de flirtrear y de vivir de una de cada cinco personas en el planeta, el teléfono celular (o movil, dependiendo en qué continente lean esto). Esta es la penetración tecnológica más veloz conocida por alguna industria, afirma el diario francés.
Mandar mensajes de texto, tomar fotos, ver las noticias en línea o jugar videojuegos... los celulares han caminado un largo camino desde sus inicios como ladrillos portatiles. Ahora son también objetos de alto diseño que toman valor afectivo.
El celular está en el corazón de varias tendencias sociales, económicas, y tecnológicas:
creciente minituarización de componentes, creciente individualismo y tribalismo social, creciente movilidad personal, creciente baja de costos de los aparatos, creciente masificación tecnológica... y crecientes novedades: el 11 de septiembre y en el secuestro de cientos de espectadores en un teatro de Moscú, las víctimas pudieron comunicarse con sus familias y las autoridades facilmente con estas nuevas vías.
Se ha vuelto parte de la etiqueta apagar el celular en el cine, el salón de clase, el templo y otros espacios.
Y apenas es el inicio... mientras que en EU, Europa y Japón más de los dos tercios de la población tiene celular, el crecimiento es aún exponencial en China, India, Rusia y muchos países más. México por ejemplo, tiene 30 millones de usuarios. Este "boom" ha creado una industria que pesa casi 550 millardos de dólares.
¿Qué se ve en el futuro? Consolidación. Fusiones entre las diferentes compañías para poder competir en el mercado global. Telefónica va a América Latina, Carso Telecom va a a Brasil, Vidafone desa a SFR...
Se ve acceso a alta velocidad al internet, lo que permitirá servicio de videofono y convertir al teléfono en videocámara con transmisión en línea. Piensen en peinarse antes de contestar porfavor...
Nuevos actores se aprestan a entrar al banquete, como Microsoft. Algunos escenarios dicen que el celular se integrará con nuestra ropa... o nuestro cuerpo. Lo seguro es que el celular, y nosotros, seremos muy diferentes en 10 años.
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