Política exterior ingenuamente radical

Claudia Rosett publica en el Wall Street Journal su reseña de "Breaking the Real Axis of Evil", un interesante libro de Mark Palmer, ex embajador de Estados Unidos. El señor Palmer plantea que es hora de que el gobierno americano no pare en Irak, y saque del juego a todas las demás dictaduras del mundo. Palmer argumenta que son estas dictaduras los verdaderos focos de inestabilidad del planeta debido a su falta de democracia. Habla de como Freedom House, año con año, las ubica como los lugares con menos libertad en la Tierra, y que está en el interés de seguridad nacional estadounidense revertir esa tendencia. Esto le quitaría a la humanidad de plagas modernas como "hambre, refugiados, pobreza, degradación ambiental, corrupción, guerra, genocidio y terrorismo". Cita larga evidencia que demuestra que aún las debiles democracias evitan caer en el caos que producen las dictaduras.
Rosett concede que la propuesta de Palmer va contra la tradición de la política exterior americana, pero afirma que por eso es tan radical, por su ingenuidad. Pero a pesar de quizá este espíritu naive, el libro, dice, es una guía invaluable sobre política exterior.

"It needs to become a well-thumbed manual on the desk of every diplomat and leader who claims to represent the Free World. An honest United Nations might even want to replace its politically correct lobby exhibits with a portrait gallery of Mr. Palmer's Least Wanted--and cross them off as they fall. That would be the real start of meeting all those grand U.N. Millennium Development Goals, not by holding endless conferences on ending poverty, hunger and war but by eliminating their root cause: dictatorship."

Creo que Rosett le da en el clavo en su reseña... Lo que necesitamos ya no es seguir el camino de siempre, ya que sabemos a dónde va, y aportes ingenuos en apariencia, como el del embajador Palmer, quizá son nuestra mayor esperanza. Tiempos radicales como estos, quizá esperan en lugar de respuestas, más bien nuevas preguntas. La casa real saudí debería empezar este libro...