
Todo Israel está en choc, y eso es difícil que suceda. Y es a pesar de que Israel ha visto todo, nunca pensó ver a un violinista ser obligado a tocar por militares israelíes en un puesto de control. Y es que los israelíes están acostumbrados a ver autobuses explotar en Jerusalén, pero no ver sus propios soldados hacer lo que hicieron los oficiales nazis en campos de concentración. Y eso ha puesto a la psique israelí de cabeza reporta The Guardian. No porque los soldados israelíes hayan hecho algo vergonzante contra el maestro de música, sino que ellos copiaron la conducta de sus pares nazis, y es que para Israel eso era impensable, ya que sus soldados eran vistos como "puros". Pero hay que tener cuidado siempre de la pureza, ya que cuando algo es tan perfecto, es muy probable que haya dejado de ser humano. El agua pura siempre se puede confundir con veneno. Lo triste es que seguramente - como en el caso de los sacerdotes pederastas - solo multaran a los soldados o los moverán de sector, pero la jerarquía militar isarelí, y todo su aparato, seguirán igual que antes. Israel está espantado por lo que vío, pero no debería. Los arquetipos, como la Sombra, nunca mueren decía Jung, solo pueden domesticarse ya que forman parte de la propia humanidad, y eso lo hacemos con la civilización, y con su base misma que parece estamos empeñados en desterrarla, el amor. Este destape de su sombra le hará mucho bien a Israel, a pesar de quienes hubieran querido que permaneciera en los más fondo, encerrada. Pero ningún ser vivo, como lo es un país, puede sobrevivir encerrado, sin aire.