La revista francesa Le Nouvel Observateur publica un extenso reportaje sobre un tema apasionante: Dios y la ciencia. La ciencia y la religión buscan por igual la verdad, pero la ciencia nunca cree que lo sabe todo, a diferencia de los sacerdotes. A partir de la Ilustración la ciencia despegó y la religión se estancó en la búsqueda de esa verdad. Las grandes religiones se quedaron con sus revelaciones mientras los científicos explicaban el movimiento de las estrellas y de los átomos. Hoy a inicios del siglo XXI sin embargo un nuevo movimiento de unidad, de regreso a la llamada "filosofía natural" empieza a tomar vigor. Y es que los científicos están descubierto cosas que nunca imaginaban, y ahora su jerga suena tremendamente religiosa. La física cuántica habla de gatos que están muertos y vivos a la vez, la nueva biología nos enseña a ver a la naturaleza como un software que corre y crea organismos que obedecen programas, la matemática avanza y habla de superinfinitos y se habla ahora de metamatemáticas... Algunos científicos empiezan a creer que hay un metadiseño detrás de todo ésto y se preguntan si es espontaneo o no... El debate lo explica muy bien este reportaje. En francés.
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