"Los reportes de noticias afirman que la Congregación para la Doctrina de la Fe, CDF, han estado buscando sacarlo por años. Los superiores jesuitas, sufriendo la amenaza de censura, decidieron que la lucha con la CDF era no posible y capitularon.
Yo acuso...
1. El Papa Benedicto XVI no es la Iglesia Católica.
2. La Santa Sede no es la Iglesia Católica.
3. La Curia no es la Iglesia Católica.
4. El Cónclave de Cardenales no es la Iglesia Católica.
5. La CDF no es la Iglesia Católica.
6. Los obispos de Estados Unidos no son la Iglesia Católica.
Nosotros, el Pueblo de Dios, somos la Iglesia Católica. Todos los de arriba son los sirvientes de los sirvientes de Dios.
Como miembro del Pueblo de Dios, sólo uno, yo acuso a los Obispos de Estados Unidos, a la CDF, al Colegio de Cardenales, a la Curia, a la Santa Sede y al Papa de absoluta corrupción en el ejercicio de un poder absoluto."
Lord Acton and Cicerón -- Sobre el Poder
Sir John Emerich Edward Dalberg, el primer Lord Acton (1834-1902) escribió estas palabras:
El Poder tiende a la corrupción, el poder absoluto corrompe absolutamente.
Los hombres en el poder son casi siempre hombres malos, aún cuando ejercen influencia y no autoridad; más cuando agregamos la tendencia o la certeza de la corrupción por la autoridad. No hay peor herejía que creer que el cargo santifica al que lo porta."
... Nos hemos quejado del comportamiento criminal [ de la jerarquía de la Iglesia Católica) contra las leyes de la humanidad, de la hipocresía en materia de dignidad humana, de la secrecía, siempre de la secrecía, y de su ridículo rechazo a dejar la Edad Media, los tiempos oscuros, cuando alguna vez ellos tenían algún control. No nos convirtamos en lo que se han convertido, en cobardes, quejándonos y a la vez deseando esa clase de poder. No nos convirtamos en Altos Sacerdotes nosotros mismos.
La CDF
La amenaza del censor fue el martillo sobre el yunque del poder absoluto donde las mentes de los católicos fueron aplastadas. No solo lo fueron los blancos favoritos de los brutos de la CDF, los teólogos, los académicos, los escritores, pero ahora, todos nosotros, el Pueblo de Dios, o cualquiera que lee America, o hasta piensa. Los que han usado ese martillo deben ser destronados, removidos, puestos de lado y remplazados con genuinos sucesores de los Apóstoles, siervos como Pedro, Santiago, Tomás, Juan, Pablo, María Magdalena, y María, la Madre de Dios.
Los Jesuitas
Conciente de que algunos jesuitas profesan un cuarto voto, de Obediencia al Papa, yo de todas maneras llamo a todos los jesuitas a pararse y hablar el poder de la verdad, en la base de que ningún voto puede ser usado como arma para destruir al Primado de Pedro mismo.. Ningún voto puede prohibir las enseñanzas de Jesús Cristo, quien fue crucificado por sus censores, los Supremos Sacerdotes. Jesús se paró y habló. El murió por hablar el poder de la verdad. Y Jesús murió por nosotros. O así los proclamamos quienes lo creemos. Hace tiempo que lo creemos. Y actuamos sobre esa creencia para desprendernos a nosotros mismos de la corrupción que está destruyendo a nuestra Iglesia Católica. Quo usque? La Compañía de Jesús debe tratar de vivir lo que su nombre proclama, demandar a este arrogante pequeño hombre [Ratzinger] que renuncie del Papado tan rapidamente como le ordenó a los cardenales que se lo dieran, inclinándose por el temor a su poder corruptor. Unas de las grandes cualidades de los jesuitas solía ser su valentía. ¿Dónde está ahora?
Los Obispos Estadunidenses
Muchos Obispos de Estados Unidos han actuado de forma tan estúpida, en su silenciamiento hacia la revista America, como lo han hecho y todavía hacen sobre lo que concierne al abuso sexual de menores. Ellos son tan mediocres, tan cobardes. Son una desgracia para la Iglesia Católica. Muchos de nosotros sentimos vergüenza por ellos.
Ellos tambien querían al Padre Reese fuera de su cargo y que la revista America quedara bajo su control, porque objetaban a sus comentarios sobre la iglesia, argumentando que ésta era "sólo el privilegio de los obispos". Estos mismos obispos no han sido llamados a rendir cuentas por sus colegas por sus crímenes contra la humanidad acerca del abuso sexual de menores a manos de sus enfermos sacerdotes. No han ni siquiera empezado a discutir sobre su comportamiento criminal al transferir a estos sacerdotes en lo que ha sido un encubrimiento monumental. Muchos obispos estadunindenses pueden ser tan corruptos como la Santa Sede..."
Una porción en su inglés original y luego el final en español:
Demands For Information
Demands are now made that the entire discussion between the CDF and the Jesuits over Fr. Reese and America Magazine be made public immediately. We want the documents, the letters, the memos, the telephone notes, the taped conversations, the names, above all the names of those in the CDF, and in the Society of Jesus, as well, who were engaged, as the news items said today, in discussion and negotiation for years and years.
As for the Jesuits, who caved in under the threat of censorship of the magazine. Who sacrificed Father Thomas Reese? Who decided that the struggle with CDF was “unwinnable.” What does “unwinnable” mean, when we are discussing truth?
We want the names of the bishops in America in this paragraph from NCR, May 6, 2005, page 2:
In February 2002, the Congregation for the Doctrine of the Faith proposed creating a three-member commission of censors for the magazine, though the idea was never implemented. According to sources, the congregation told the Jesuits that the action was in response to concern from bishops in the United States.
Sources said no bishops were identified by name and that Reese was never directly contacted. According to a source close to the magazine, Jesuit superiors said some bishops were upset that Reese often commented on church matters for general media and that such commentary should be solely the province of bishops.
We want the names of the members of CDF who took umbrage at any discussion of any topic. We want all their records, out in the open, where we can read them and see what madmen cook up when they huddle in secrecy. Laurie Goodstein wrote in The New York Times, May 7. 2005:
Catholic scholars and writers said in interviews yesterday that they feared that the dismissal of such a highly visible Catholic commentator was intended by the Vatican as a signal that debating church teaching is outside the bounds.On the controversial CDF document, Dominus Iesus, she wrote:
Some Jesuits said that within the last two years they had received spoken or written warnings from then-Cardinal Ratzinger's office about articles or books they had published.
The Congregation for the Doctrine of the Faith first complained to Jesuit officials about the magazine four years ago, the church officials said, after America published a special issue with articles criticizing "Dominus Jesus," a document on interfaith relations and the supremacy of Catholicism that had been issued by the Congregation.
Dominus Jesus was broadly denounced by many Catholic and non-Catholic theologians who said it would undermine decades of bridge-building with other faiths, and even with other Christian denominations.
"They were just reporting what a lot of people were saying, they weren't stirring up trouble," said the Rev. Mark Massa, a Jesuit who leads the Center for American Catholic Studies at Fordham University. "I can't think of anything they've reported that was scandalous."
Alan Cooperman put it well in the last paragraph of his Washington Post article, May 7, 2005:
Reese's editorials often took a left-leaning position. They became particularly sharp during the interregnum after the death of Pope John Paul II, when he called for a new pope who would allow more open debate. [ Ya vimos la respuesta: no se debatirá nada]
Our New Pope Is The Same Cardinal He Always Was
Apparently, our new Pope does not want debate, discussion, sharing with the people of God. He wants absolute control, the kind he had for so many years at the head of the CDF. He may not be fit to be pope, if he continues to act this way.
Consideremos Nuestra Iglesia, Considemósnos a Nosotros.
Porfavor consideren sin prisa y con oración éstas cinco preguntas:
1. Somos corruptos, y sí, heréticos como iglesia, cuando decimos, "Soy un católico"?
2. ¿También estamos nosotros, la gente, listos para ceder, acobardarnos y obeder a ese hombre en Roma?
3. ¿Tenemos un integridad propia?
4. ¿Nos queda alguna dignidad humana?
5. ¿Tenemos la fe que no teme hablarse?"
Estos años serán decisivos para el futuro de la Iglesia Católica. Para el Papa, para la Santa Sede, para los Jesuitas, para todos los católicos, para mí. Ojalá Dios tenga piedad.
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