En el siglo XIX estaban en contra de la Independencia, luego estuvieron - cuando el país fue independiente - a favor del Imperio de Iturbide, después en contra de una República Federal y a favor de una central. Luego a favor de los invasores franceses y el II Imperio. Cuando el emperador se mostró liberal empezaron a arrepentirse dicho sea de paso. Luego estuvieron con el dictador Díaz, a quien acompañaron 30 años. Luego desprotricaron contra Madero y se pusieron del lado de traidor. Luego estuvieron en contra de la educación laica. También en contra de que Cárdenas recibiera a los miles de refugiados repúblicanos de la Guerra Civil Española. También claro contra la expropiación petrólera. Luego en contra del sufragio femenino y la educación sexual en las escuelas. Estuvieron en contra de las protestas estudiantiles en 1968 y apoyaron a Díaz Ordaz. Luego apoyaron la represión de Echeverría en 1972. El orden y la ley eran primero, aún antes que los derechos civiles. Luego como buenos patriotas sacaron todos sus ahorros del país durante muchos años. El derecho a un aborto salubre debía ser ilegal para las mujeres, y el gobierno no debía hacer campañas contra el sida que hablaran del condon: solo la abstinencia sexual salvaría al país claro. En la transición democrática del 2000 apoyaron a Fox, pero no muchas de sus reformas. Sus senadores apoyaron leyes de derechos indígenas para menores de edad por ejemplo. Pero no han ganado todo y eso les enoja, porque quieren todo. Quieren a gays en el closet, mujeres que mueran cuando abortan, quieren jóvenes que se enfermen de sida por no usar condones....
Nacho Escolar nos recuerda quienes son, y en España ahora no saben qué hacer con el matrimonio para todos.
"Una de las cosas buenas de la polémica creada alrededor de la reforma legal que permitirá que los homosexuales accedan al matrimonio es que permite que todo el mundo se retrate. Los herederos intelectuales de los que piaron en el siglo XIX contra el matrimonio civil son los que ahora se escandalizan. Son los seguidores de aquellos que criticaron a Benjamín Franklin por inventar el pararrayos porque, ¿quién era el él para evitar que Dios fulminara al gusto desde el cielo? Son los mismos que votaron en contra de la ley del divorcio para luego, con los años, divorciarse... "
Como decimos aquí: se les hace bolas el engrudo. Y es que ser inquisidor ya no es lo de antes. Privilegios de la democracia.
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