Hoy llegó Benedicto XVI a Brasil, el país con mayor número de católicos en el mundo, y el país que a la vez más rápido los pierde a manos de las iglesias protestantes. Y el ambiente está caliente debido al tema que está poniendo a temblar al statu quo de América Latina: el aborto. Días van que el tema ha estado debatiendose en Brasil debido al interés del ministro de salud de legalizar el acceso de las mujeres al aborto, ya que se cree que en clínicas clandestinas se realizan hasta dos millones de abortos al año, poniendo en riesgo sus propias vidas. El vocero de los obispos brasileños dijo que el ministro que el trabajo del ministro era ser el de la salud, y no el de la muerte. Triste que de nueva cuenta los obispos no piensen en las mujeres que mueren debido a su apoyo a que aborten en lugares clandestinos.
El presidente Lula ayer martes entró de lleno en el debate y dijo algo muy inteligente:
"Nadie está en favor del aborto, pero la pregunta es: ¿debería una mujer ser apresada? ¿Debería ella morir? Es necesario ver a la mujer como un ser humano."
Pero es triste que la iglesia católica solo las vea como madres o asesinas, y es que para los jerarcas - que vale la pena recordar que todos son hombres - las mujeres están amarradas a una maternidad obligatoria. Lástima que ellos no se embarazan, y si así fuera, fuera de forma voluntaria...
Jamil Bittar/Reuters
El presidente Lula ayer martes entró de lleno en el debate y dijo algo muy inteligente:
"Nadie está en favor del aborto, pero la pregunta es: ¿debería una mujer ser apresada? ¿Debería ella morir? Es necesario ver a la mujer como un ser humano."
Pero es triste que la iglesia católica solo las vea como madres o asesinas, y es que para los jerarcas - que vale la pena recordar que todos son hombres - las mujeres están amarradas a una maternidad obligatoria. Lástima que ellos no se embarazan, y si así fuera, fuera de forma voluntaria...
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