"Tras la muerte de Marcial Maciel el jueves de esta semana es inevitable recordar el trabajo de periodistas y medios en la denuncia pública de los abusos sexuales contra niños y adolescentes atribuidos a este sacerdote. La revelación, en 1997, de esos abusos abrió el camino para que en años posteriores otras víctimas de otros sacerdotes se acercaran a los medios para dar a conocer sus propias historias. Gracias a ese trabajo, la pederastia es hoy identificada como uno de los más graves problemas de la sociedad mexicana.
Testimonios y documentos
En 1997, dos medios —el diario La Jornada y CNI Canal 40— dieron espacio a la denuncia que un grupo de ex miembros de la Legión de Cristo —grupo fundado por Maciel— decidió hacer contra el sacerdote por abusar sexualmente de ellos cuando tenían entre 12 y 17 años de edad y habían sido entregados por sus familias a Maciel con el fin de que éste “los formara espiritualmente”.
En La Jornada, Salvador Guerrero Chiprés escribió un reportaje de varias entregas (iniciado el 15 de abril de 1997) en el que hombres adultos, plenamente identificados, responsables de sus palabras (la mayor parte, consignaba Guerrero, “doctorados en universidades prestigiosas”), relataron con detalle el modo en que Marcial Maciel los sedujo cuando fueron niños o adolescentes.
En los años noventa el tema de la pederastia dentro de la Iglesia católica era todavía un tema que no se podía tocar en la televisión mexicana, sujeta a las presiones gubernamentales y de gente poderosa económicamente. Por ello fue meritorio el trabajo de CNI Canal 40, en cuyo noticiario nocturno, que conducía Ciro Gómez Leyva, el “caso Maciel” fue abordado ampliamente el 12 de mayo 1997. Como “castigo”, la empresa Bimbo decidió retirar la publicidad que insertaba en ese medio.
Poder económico y político
Durante un lustro, el tema tuvo escasa presencia en los medios; reapareció con fuerza en 2002, cuando el programa Círculo rojo, a cargo de Carmen Aristegui y Javier Solórzano, lo retomó en dos emisiones (15 y 17 de abril de 2002), nada menos que en el Canal 2 de Televisa.
La sólida red de vínculos que Maciel estableció con sectores poderosos del empresariado mexicano y el innegable peso de la Iglesia católica en la vida política del país permiten comprender por qué los periodistas que abordaron el tema en medios electrónicos tuvieron dificultades para hacerlo.
En septiembre de 2006, Carlos Padilla Ríos, director de la revista Zócalo (número 76), especializada en medios, entrevistó a Fernando M. González, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, autor del libro, Marcial Maciel, los Legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos. En la charla, González menciona las presiones que el Canal 40 recibió para no difundir el programa sobre Maciel: los Legionarios de Cristo pidieron que no se difundiera; el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, hizo ver a la televisora el riesgo de que los Legionarios la acusaran “por difamación”; el entonces rector de la Universidad Iberoamericana, Enrique González Torres, solicitó no difundirlo porque el público podía pensar que también “los jesuitas estaban detrás de eso”. Asimismo, el secretario particular del ex presidente Ernesto Zedillo, Liébano Saénz, pidió que “por el bien del país no (se) transmitiera”.
También Carmen Aristegui relató a Padilla Ríos, en octubre de 2002, las vicisitudes para difundir el caso en el Canal 2: “Nos dieron luz verde después de una conversación con Emilio Azcárraga, Bernardo Gómez, Leopoldo Gómez y Alejandro Quintero apenas dos horas antes de salir al aire. Discutimos entre todos, fuerte, lo que significaba una transmisión de esa naturaleza. Exhibir y documentar testimonios tan contundentes sobre ese tema fue uno de los grandes momentos para nosotros, para la apertura de la televisora...”.
Es bueno subrayar que algunas de las esquelas publicadas dando condolencias por la muerte de Maciel dos fueron de Grupo Televisa y de Grupo Carso...
Testimonios y documentos
En 1997, dos medios —el diario La Jornada y CNI Canal 40— dieron espacio a la denuncia que un grupo de ex miembros de la Legión de Cristo —grupo fundado por Maciel— decidió hacer contra el sacerdote por abusar sexualmente de ellos cuando tenían entre 12 y 17 años de edad y habían sido entregados por sus familias a Maciel con el fin de que éste “los formara espiritualmente”.
En La Jornada, Salvador Guerrero Chiprés escribió un reportaje de varias entregas (iniciado el 15 de abril de 1997) en el que hombres adultos, plenamente identificados, responsables de sus palabras (la mayor parte, consignaba Guerrero, “doctorados en universidades prestigiosas”), relataron con detalle el modo en que Marcial Maciel los sedujo cuando fueron niños o adolescentes.
En los años noventa el tema de la pederastia dentro de la Iglesia católica era todavía un tema que no se podía tocar en la televisión mexicana, sujeta a las presiones gubernamentales y de gente poderosa económicamente. Por ello fue meritorio el trabajo de CNI Canal 40, en cuyo noticiario nocturno, que conducía Ciro Gómez Leyva, el “caso Maciel” fue abordado ampliamente el 12 de mayo 1997. Como “castigo”, la empresa Bimbo decidió retirar la publicidad que insertaba en ese medio.
Poder económico y político
Durante un lustro, el tema tuvo escasa presencia en los medios; reapareció con fuerza en 2002, cuando el programa Círculo rojo, a cargo de Carmen Aristegui y Javier Solórzano, lo retomó en dos emisiones (15 y 17 de abril de 2002), nada menos que en el Canal 2 de Televisa.
La sólida red de vínculos que Maciel estableció con sectores poderosos del empresariado mexicano y el innegable peso de la Iglesia católica en la vida política del país permiten comprender por qué los periodistas que abordaron el tema en medios electrónicos tuvieron dificultades para hacerlo.
En septiembre de 2006, Carlos Padilla Ríos, director de la revista Zócalo (número 76), especializada en medios, entrevistó a Fernando M. González, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, autor del libro, Marcial Maciel, los Legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos. En la charla, González menciona las presiones que el Canal 40 recibió para no difundir el programa sobre Maciel: los Legionarios de Cristo pidieron que no se difundiera; el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, hizo ver a la televisora el riesgo de que los Legionarios la acusaran “por difamación”; el entonces rector de la Universidad Iberoamericana, Enrique González Torres, solicitó no difundirlo porque el público podía pensar que también “los jesuitas estaban detrás de eso”. Asimismo, el secretario particular del ex presidente Ernesto Zedillo, Liébano Saénz, pidió que “por el bien del país no (se) transmitiera”.
También Carmen Aristegui relató a Padilla Ríos, en octubre de 2002, las vicisitudes para difundir el caso en el Canal 2: “Nos dieron luz verde después de una conversación con Emilio Azcárraga, Bernardo Gómez, Leopoldo Gómez y Alejandro Quintero apenas dos horas antes de salir al aire. Discutimos entre todos, fuerte, lo que significaba una transmisión de esa naturaleza. Exhibir y documentar testimonios tan contundentes sobre ese tema fue uno de los grandes momentos para nosotros, para la apertura de la televisora...”.
Es bueno subrayar que algunas de las esquelas publicadas dando condolencias por la muerte de Maciel dos fueron de Grupo Televisa y de Grupo Carso...
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