"¿Cuántas divisiones tiene el Papa?", dicen que comentó Stalin en plena Guerra Fría. La Santa Sede no cuenta con un ejército, pero sí una importante red de seguridad, espionaje y efectivos antiterroristas, aglutinada en torno al Comité de Seguridad de la Ciudad Estado del Vaticano (CS-ECV). Uno de sus miembros es la Gendarmería Vaticana, que este viernes pasará a formar parte de la Interpol, durante la reunión que este organismo mantendrá en San Petersburgo.
A partir de ese instante, el Vaticano gozará de una mayor protección a todos los niveles, y su Policía podrá compartir información con la mayor red policial del mundo. Además, se establecen mecanismos de cooperación en materia antiterrorista e informática, así como convenios de extradición, que, curiosamente, no afectarán a la Curia vaticana. De este modo, se perpetúa la ya histórica inviolabilidad, que continuará siendo efectiva tras los muros de la Santa Sede.
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