Desde hace algunos años, científicos de diferentes disciplinas empiezan a ver un mismo fenómeno: las curvas de las tendencias de sus logros se están volviendo exponenciales, y no solo para ahí, sino que están convergiendo, produciendo una mega ola de cambio que parece llegar a un punto increíble de velocidad a mediados de este siglo... a la singularidad, un momento/espacio donde no sabemos que va a ocurrir.
Teología? Ciencia ficción? No... es lo que apuntan las gráficas. Cada 18 meses se duplica la velocidad de procesamiento de los microprocesadores, y a la vez se abarata su costo. Este fenómeno lo describió a fines de los 60s Gordon Moore, el fundador de Intel, y desde entonces ha sido conocido como la Ley de Moore, porque su predicción se ha cumplido. Y subraya Smart algo muy importante: Moore no inventó esa ley, solo la descubrió, ya que existe en la naturaleza... La ley posibilita que las computadoras estén poco a poco en todas partes. Que del elevador al satélite, del horno de microondas al teléfono, que los volcanes en monitoreo a la los borregos australianos, todo progresivamente, de una manera u otra, tenga poder de computo. Las casas, las ciudades, la Tierra, el sistema solar... todo poco a poco tomará inteligencia a partir de ese poder de computo, que aparte se está interconectando. Lo natural y lo artificial perderán sus límites, ya que se volverán un solo metasistema que según algunos, como John Smart, está tomando conciencia propia.
De ésto fue lo que platiqué con él el pasado viernes en el Foro de los futuros de México realizado por la World Future Society Capítulo México. Para muchos, todo ésto suena lejano, ciencia ficción, pero los dados ya están echados, y según Smart, fueron echados desde el Big Bang. La misión del universo es provocar la autoconciencia, y que esa se esparza. Ese es el cometido de los agujeros negros dice Smart, ser autopistas para que la inteligencia se esparza a otros universos... Vivimos en un momento increíble me dijo, porque estamos presenciando el fin de un universo, y la llegada de otro. Su gran pregunta, su gran inquietud me confesó, era saber cómo sería ese nuevo universo... Bueno, no falta mucho para averiguarlo. Y según José Luis Cordeiro, de la sociedad transhumanista de Venezuela, la gran lucha política del siglo XXI será entre los que busquen el brinco hacia la singularidad y quienes lo combatan. Recordó que sería como la rebelión de los luditas ingleses en el siglo XIX, que combatían la naciente mecanización de los telares. El futuro será posthumano, y no hay que atacarlo, sino adaptarnos a él dice Cordeiro. Entiendo el planteamiento, y lo celebro, pero tengo más preguntas que respuestas....
La singularidad se supone ocurrirá hacia el 2040, 2050... Extravagancia? Tecnomilenarismo? Hagan sus apuestas...
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