"... La estrategia de los neocons eclesiásticos consiste en la formación de un bloque católico unido dogmáticamente para crear un polo social público que desde la sociedad civil genere discurso cultural y presión política. Pretenden que las leyes y el poder político impidan el avance de la descatolización y la secularización, que suelen identificar confusamente con el laicismo. Esta estrategia necesita un liderazgo fuerte que ahogue el pluralismo interno en la Iglesia por ser disolvente, movimientos laicales contramodernos con capacidad de choque cultural en la esfera pública, periodistas que difundan y apoyen estos planteamientos, jueces y fiscales que antepongan sus convicciones morales a las leyes y, finalmente, políticos que ejecuten desde el poder el programa del neointegrismo. La victoria de los neocons protestantes en la sociedad civil y en el Gobierno de Estados Unidos les ha animado mucho.
Lo que está pasando en España en este ámbito desde la llegada del PSOE al gobierno no es sino el reflejo nacional de una estrategia internacional. Quizá sea interesante contemplar sus consecuencias desde una perspectiva histórica. En los debates parlamentarios de
Cabe recordar en el caso mexicano la presencia de Ana Teresa Aranda, presidenta del DIF en el Congreso Mundial de las Familias realizado en marzo de 2004 en la Ciudad de México, organizado por la Red Familia y ONGs ultraconservadoras de Estados Unidos. Cabe recordar la presión de A Favor de los Mejor en los Medios, la ONG fundada por miembros del Regnum Cristi ( de los Legionarios de Cristo) para censurar contenidos en programas de radio y televisión que no embonan en su agenda neocon católica. Cabe recordar los millones dados a Provida desde el gobierno... La guerra cultural que respira ahora México no es casual... y las víctimas de la división serán los mexicanos, no los neoconservadores en Roma. A menos que los católicos ilustrados empiecen a tomar acciones, y como en el caso de Boston, donde un conservador Papa no tuvo otra que quitar a un cardenal de su puesto, y no por voluntad propia...
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