El Papa León XIII opusó la Iglesia Católica en 1891 a dos hijos del liberalismo nacido en 1776 y 1789, el capitalismo y el socialismo. Sin embargo la doctrina social cristiana no triunfó en Occidente a más de un siglo de distancia. Michael Burleight explica porqué.
Roma no ha aprendido la lección y sigue luchando contra el liberalismo por una simple razón: porque el liberalismo busca liberar al individuo del peso de la tradición, regresándole el poder de los monarcas absolutos, y eso un Papa no puede permitir.
Pero si la historia es una guía, el fracaso de la doctrina social de la iglesia católica será sólo un ensayo con lo que viene, ya que el cristianismo seguirá, pero no será el suyo, explica Philip Jenkins.
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