miércoles, noviembre 30, 2005

Tony Anatrella y el fin del ideal jesuita

Hoy La Jornada publica más sobre la estúpidez del jesuita Tony Anatrella, el autor de un documento explicatorio de la nueva Instrucción homofóbica hecha pública ayer por el Vaticano. Copio:

"... análisis del sacerdote y sicoanalista francés Tony Antrella (publicado ayer en el diario de la Santa Sede, L´Osservatore Romano, al lado de la instrucción), quien calificó a los homosexuales de "inmaduros, narcisistas, seductores y manipuladores", con "graves dificultades con las instituciones y para cooperar con los demás".

Además apuntó que su inclinación aparece como "algo incompleto, una forma de inmadurez profunda de la sexualidad humana", y por tanto, según el experto, "no están en condiciones de casarse, adoptar hijos o convertirse en sacerdotes".

Me pregunto cómo caera ésto en Loyola, España, en la reunión del Padre General de la Compañía de Jesús con todos los provinciales nacionales... ¿Hará alguna aclaracióno comentario oficial la Compañía? No apuesten en ello. Si algo demuestra su comportamiento reciente - la aceptación de Kolvenbach de retirar al gran director de la revista America y el cierre del Instituto Teológico Jesuita en la Ciudad de México por presiones directas e indirectas del Vaticano - es que la Compañía aceptará todo lo que Roma ordene, sea justo o no. Lejos está siquiera la valentía de negociar o de presentar argumentos rigurosos de defensa. No, la postura es la rendición. ¿Y qué mejor ejemplo que Anatrella? Lejos está el discernimiento, y buscar a Dios en todas las cosas. No, Anatrella no es la excepción, es el emblema del fin de una tradición que buscaba primero comprender que juzgar. La Mayor Gloria de Dios deberán aceptar tarde o temprano los aún pocos jesuitas verdaderos y leales a su espíritu fundador, ya no está en Roma, ni en la estructura oficial de la Iglesia. Está allá donde siempre ha estado, en el verdadero Reino, con la gente. Y la gente será menos letrada que la Curia, pero es por mucho, más sabia. Y no hay que ser "sacerdote" de redil para estar con ella. Sólo hay que estar con ella. Y en estos tiempos oscuros el mensaje es claro creo yo: Dios los manda ahí. Nada se podrá hacer con Roma, pero todo se podrá hacer - y se hará - con el pueblo de Dios.

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