Ayer fue la novena noche de disturbios violentos en los suburbios a las afueras de la capital francesa que han puesto en jaque el gobierno del Presidente Chirac. Y es que la élite no sabe qué hacer, para variar. Miles de jóvenes musulmanes son discriminados a diario, sufren una tasa doble de desempleo que el promedio nacional (10%) y la élite se rasga las vestudiras porqué no entiende porqué éstos jóvenes no son felices. Esta historia es un deja vu repetido en Francia muchas veces. La última vez fue en Mayo de 1968, pero antes de ello ocurrió en las revueltas de la Comuna de París, a las que luego el gobierno decidió prevenir destruyendo manzanas para hacer amplios bulevares con sólo un fin: controlar mejor la ciudad. No por nada uno de ello lleva el nombre de ese plan, en esos tiempos el Giuliani de moda: el General Haussman.
El Hausmann de hoy se llama Nicholas Sarkozi y es ministro del Interior y ha erigido una política (para variar) de tolerancia cero. Imaginénse quienes son los más perseguidos: los jóvenes musulmanes morenos y negros.
Francia está en medio de una guerra de civilizaciones, y yo veo ya cual está ganando: el islam. Y es sencillo: los blancos franceses clasemedieros tienen pocos hijos y se han fundido en Europa. Los morenos musulmanes pobres tienen más hijos y creen fielmente en el islam.
Una posible solución ante la pobreza que alimenta al odio. Francia debe hacer una reinvención cultural, pasar de la ciudadanía total francesa, a una multicultural: permitir la acción afirmativa para musulmanes, hacer un gran fondo de becas para integrarlos a las mejores escuelas y universidades, desarrollar incubadoras de negocios, abrir espacios de arte y deporte en sus comunidades, pero sobre todo olvidar algo: Francia ya no es la Francia blanca y cristiana de antes. Ahora es mucho mucho más misteriosa, y si aprende a vivir con ese misterio volverá a brillar.
James Graff hace un buen análisis para Time.
El Hausmann de hoy se llama Nicholas Sarkozi y es ministro del Interior y ha erigido una política (para variar) de tolerancia cero. Imaginénse quienes son los más perseguidos: los jóvenes musulmanes morenos y negros.
Francia está en medio de una guerra de civilizaciones, y yo veo ya cual está ganando: el islam. Y es sencillo: los blancos franceses clasemedieros tienen pocos hijos y se han fundido en Europa. Los morenos musulmanes pobres tienen más hijos y creen fielmente en el islam.
Una posible solución ante la pobreza que alimenta al odio. Francia debe hacer una reinvención cultural, pasar de la ciudadanía total francesa, a una multicultural: permitir la acción afirmativa para musulmanes, hacer un gran fondo de becas para integrarlos a las mejores escuelas y universidades, desarrollar incubadoras de negocios, abrir espacios de arte y deporte en sus comunidades, pero sobre todo olvidar algo: Francia ya no es la Francia blanca y cristiana de antes. Ahora es mucho mucho más misteriosa, y si aprende a vivir con ese misterio volverá a brillar.
James Graff hace un buen análisis para Time.
2 comentarios:
Hace poco tiempo que he descubieto tu blog, y me parece muy interesante.
Justamente hoy en la mañana me estaba preguntando, ¿Porque arde Paris?, tu post ha despejado algunas dudas y clarificado mi panorama, gracias. Saludos.
Me parece de lo mas acertado tu analisis , y me gustaria agregar que este fenomeno si es que asi se le puede llamar lo podran afrontar o sufrir casi todos los paises que tienen grandes masas de inmigracion es ete caso E U podria sufrirlo con tanta mano de obra Barata que va de aqui de Mexico para alla. Dicen que cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remogar. Que asi sea
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