"Una idea que merece ser reconsiderada que originalmente las caricaturas danesas desde un inicio intentaron solamente ofender. Partiendo de que la mayoría de los diarios y revistas americanos no publicarán las caricaturas, mucha gente puede llegar a pensar eso. De hecho el contexto de esa publicación revela un punto mucho más importante. Del resumen de Wikipedia:
The drawings, which include a depiction of Muhammad with a bomb in his turban, were meant as satirical illustrations accompanying an article on self-censorship and freedom of speech. Jyllands-Posten commissioned and published the cartoons in response to the difficulty of Danish writer Kåre Bluitgen to find artists to illustrate his children's book about Muhammad, for fear of violent attacks by extremist Muslims.
El punto era exponer la represión de los fundamentalistas islámicos. Y vaya que las caricaturas tuvieron éxito."
Para agregarle material al debate, el cardenal Silvestrini, conocedor del mundo musulmán dijo que "se pueden hacer sátiras de un sacerdote, pero no de Dios". Y agrega: «He leído el titular con el que el diario France Soir reivindicó la legitimidad de las viñetas antiislámicas: 'Sí, tenemos derecho a hacer caricaturas de Dios', y debo decir que me siento desconcertado por esas palabras. ¿Quién da ese derecho? ¿Dónde está escrito? La cultura occidental tiene que encontrar un límite a su pretensión de convertir la libertad en un absoluto. Incluso entre nosotros, en Europa, nos deberíamos rebelar ante la idea y la práctica de los que se burlan de los símbolos religiosos». Y parece que los fundamentalistas musulmanes y vaticanos están ganándola a la libertad: el director del France Soir fue despedido por el estúpido dueño del diario. Pero...¿cómo fundamental Silvestrini que no se puede caricaturizar a Dios?
"Porque Dios no está a nuestro alcance. Si la sátira ofende, difama y calumnia a los ciudadanos, éstos pueden recurrir al juez. Pero si se les ofende, atacando a sus símbolos religiosos, ¿cómo van a defenderse? Y si no se pueden defender, ¿cómo se van a tutelar sus derechos?" Así, para los fundamentalistas, sean cristianos o musulmanes, Dios no está al alcance del ser humano común y corriente. Es sólo propiedad de los iluminados, de los profetas, de los mullahs y los Papas, de los cardenales e imanes. Dios está lejos, y claro, ¿se enoja si los caricaturizamos no? PD. Sullivan comenta además porqué ésta división entre Occidente y el islam da una lección importante a los occidentales: no debemos pedir disculpas por nuestras libertades. Y ayudar a quienes quieren gozarlas en el mundo musulmán a poder tenerlas. Y no permitir que los mensajeros del miedo, como reporta Le Monde dividan a Occidente. La libertad es frágil, y perderla no es sólo no tenerla, sería perdernos a nosotros y dejar que otros decidan por nosotros.
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