Con la reciente renuncia del Cardenal Lustiger al arzobispado de la Ciudad Luz, quedó un cargo vacante muy importante. Lustiger - judío converso, cuya madre murió en Auschvitz - deja a un París menos cristiano, y cada vez más musulmán, budista y sincrético. Los parísinos son todo menos espirituales, y si son católicos lo son sin creer mucho en lo que Roma piense.
En este contexto entrará el nuevo arzobispado designado por el Papa, Monseñor André Vingt Trois, quien actualmente es arzobispo de Tours. Tomará su cargo en un singular día, el próximo sábado 5 de marzo, el día de Isis la Navegante, cuando era festejada en el Imperio Romano.
Y casualmente Vingt Trois tomará posesión en Notre Dame, la catedral que está situada donde antes era templo de Isis - de ahí el nombre Paris, que viene de Par Isis, Cerca de Isis. E Isis la Navegante es la diosa que ilustra el escudo mismo de París, escojido por Napoleón I.
El pasado nunca se va, sino que vive aquí y ahora...
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