Estando enfermo es obvio que Juan Pablo II no puede atender todos los asuntos que puede supervisar un Papa más jóven o más saludable. En su reciente crisis tuvo que tener respiración asistida. Así es, una máquina, un ente no natural, manteniendo al campeón del derecho natural... vivo. La pregunta que hacen varios expertos es... ¿qué pasaría si el Papa entra en coma o en un estado de enfermedad discapacitante de forma permanente? Parece ser que la ley canónica tiene un vacío al respecto. CNN profundiza más al respecto, pero... a quién beneficiaria ésto? Seguramente a la Curia, a quienes administran el Papa, y seguramente quien tendría más manga ancha de hacer, y deshacer sería el Cardenal Ratzinger, la actual cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el nuevo nombre de lo que se llamaba como Inquisición. Abrochénse el cinturón, que vamos a un momento que nunca se ha visto en la larga historia del cristianismo: Un Papa vivo, pero una iglesia sin cabeza.
jueves, febrero 03, 2005
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