jueves, agosto 03, 2006

Reforma, magia y la ignorancia de López Obrador

Las ciudades son entes vivos. Nacen, crecen y si tienen mala suerte... mueren. La hoy existente Ciudad de México nació en 1280, fundada por los mexicas en su peregrinar buscando el valle idóneo para la que sería la capital de su imperio, la gran Tenochtitlan. La ciudad desde su origen es una ciudad mágica fundada en un espacio sagrado, igual que Roma, París o Washington D.C.

Muchos de estos espacios sagrados-mágicos donde se fundan ciudades se encuentran cerca de ríos, lagos, montañas... lugares que tienen un magnetismo especial como algunos expertos han encontrado. Ríos, lagos, montañas... acumulaban energía y podían sanar con ella. Por eso era crimen contruir puentes sobre ríos ya que eso obstaculizaba el flujo energético del río. Se creía que el puente se caería si no se daba algo a cambio al río, un ofrenda, un sacrificio. Por lo que al finalizar el puente se hacía pasar a través de éste algún animal, para que el río tomara su alma, y no la de algún humano. Esta tradición era muy célebre en la Edad Media. En algunas construcciones, especialmente de catedrales también se realizó una similar ya que se creía que el templo se caería si no se ofrendaba sangre para que no cediera, y algunas veces sucedía un extraño accidente a algún viejo albañil. Luego se decía que él sería el guardían de la construcción.


Posteriormente, para fundar la ciudad se dibuja su patrón urbano, sus avenidas y calles. ¿O creen que el cruce de avenidas es casual en París? Este patrón obedece a que la energía de la tierra y del cielo colabore al florecimiento de la ciudad misma. No es casual entonces que muchos de quienes diseñaron muchas de las ciudades del mundo, de Pekín a Londres, hayan querido cumplir con el antiguo precepto mágico de unir al cielo y a la tierra, de unir lo de arriba con lo de abajo. Los antiguos reconocían estas energías de la tierra y las llamaron con distintos nombres como Líneas Ley, Líneas Dragón, y las identificaron con templos, menhires, dólmenes y ciudades. Las disciplinas de acupuntura y feng shui forman parte de los mismos patrones de orden de energía.

El diseño de la Ciudad de México también obedece a estos preceptos antiguos. Por ejemplo, no es casual que desde los aztecas el cerro del chapulín fuera uno sagrado. En éste habían manantiales y era hogar de un bosque, que aún hoy es el más famoso y visitado de México. No es casual que en la cima de este monte se construyera primero una hermita, luego un colegio militar y luego un castillo, a fines del siglo XIX.

De este castillo parte una calzada y luego una avenida que con el tiempo sería la más señorial de la capital mexicana: la Avenida de la Reforma. Rodeada de árboles y llena de monumentos, la avenida se prolonga a avenida Juárez y luego a avenida Madero para desembocar a la gran plaza de la Constitución, mejor conocida como el Zócalo, donde se encuentra el Palacio Nacional, el espacio de trabajo del presidente en turno.

La premisa mágica es llevar al poder del cerro de Chapultepec y conducirlo por Reforma (hasta el nombre de la avenida lo dice todo: se trata de volver a darle forma a la energía primaria) hasta Palacio Nacional.

Las avenidas son los nuevos ríos, y bloquearlos conlleva problemas, ya que se acumula mucha energía, que si no es canalizada puede producir transtornos.

Ayer en la noche una tormenta pocas veces vista cayó sobre la Ciudad de México, y especialmente en la zona cercana al cerro del chapulín, de hecho una de las colonias más afectadas fue la San Miguel Chapultepec. Toneladas de hielo cayeron y procaron muchos daños.

Hoy me llamó la atención que la noticía no sólo estuviera en las primeras planas de los diarios, sino que por el ejemplo el diario Reforma la titulara afirmando que fue un dios azteca, Tláloc, el de la lluvía el que estaba castigando al país. Lo decía de forma metafórica, claro... ¿o no?

Un caricaturista del mismo diario, Paco Calderón, dibujo un cartón que se llama: Tláloc enfurecido. Siempre son los artistas quienes primero presieten lo que el inconcuente colectivo, the matrix, piensa. Vale comentar que las recientes marchas de López Obrador fueron iniciadas... junto al monumento de este dios en la entrada del Museo Nacional de Antropología, que está en Chapultepec, y que terminaron en el Zócalo...

Y después de hacer varias marchas con estas trayectorias, AMLO manda cerrar la avenida, el camino antiguo de peregrinación desde tiempos aztecas. Es de recordar que en la misma plaza del Zócalo, donde están la cátedral y palacio nacional también estaba el antiguo templo mayor azteca.

El bloqueo inició en la tarde del domingo y continúa. Los acupuntiristas saben que al bloquear un meridiano energético del cuerpo, éste enferma... Creo que no será la única tormenta que la ciudad viva si no hacemos que su flujo de energía vuelva a su cauce, que la ciudad sagrada no se enfermé por no desahogar su poder.. Pero no creo que López Obrador sea siquiera lo que hace... y no creo que le importe saberlo... antes los reyes, y los que deseaban gobernar naciones, conocían que habían espacios sagrados, pero parece ser que López Obrador no tiene idea de por qué algo es sagrado.


1 comentario:

Flavio Pastor dijo...

¡Excelente artículo! definitivamente yo no lo había puesto en esas palabras pero si he sentido como esa energía que mencionas encuentra varias maneras de manifestarse, en la calle se siente una pesadez muy desagradable, casi violenta.