Dos activistas japoneses de Greenpeace presentan pruebas en Tokio de que la supuesta pesca científica de ballenas es solo una forma disfrazada de cazar ballenas de forma comercial. Y en lugar de que la justicia castigue a los responsables, mete a los activistas en custodia por más de 20 días sin levantar cargos. Si esta es la forma en que trabaje la justicia en Japón, tengan cuidado cuando vayan... Una protesta mundial para liberar a los dos jóvenes activistas demostró la hipócrita forma en que el gobierno japonés encubre a la flota ballenera, y como la justicia nipona prefiere detener a inocentes que pedir cuentas a quienes diezman los océanos.
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