Así titula Enrique Canales su muy buen artículo de hoy en el diario Reforma. Unos fragmentos:
"Los obispos anhelan cambiar la Constitución para poder ser elegidos a puestos políticos. ¡Dios nos puesque confesados! Por lo que veo, la lucha de los mexicanos por mantener la vida civil sin intervenciones religiosas, va a continuar por decenas de años más.... Los religiosos al meterse a la política no apelan a la razón sino a sus extrañas revelaciones; por ejemplo, leyeron que Cristo quería ser rey de México y ocasionaron miles de muertos en la guerra cristera. Debido a las últimas declaraciones de algunos obispos vamos a tener que estar muy alertas para mantener la paz en México.
Conste, soy católico y no me avergüenzo de mi fe, pero nunca intentaré posicionarme social o políticamente para presionar a nadie a obedecer a la Iglesia Católica, ni tampoco levantaré la espada contra mis hermanos de otras religiones y menos contra mis hermanos ateos que viven maravillados por la grandiosidad de la vida a pesar de sentirse hijos del azar. Llevamos la religión dentro si apreciamos a los demás como son, si les ayudamos, si nuestro comportamiento les conviene y si además mantenemos un poco de buen humor.
La cultura de la libertad democrática incluye la libertad religiosa, por eso debemos imponer una cultura política democrática formal en cualquier territorio, pues no podemos dejar a los caciques o a los religiosos teocráticos esclavizar a sus comunidades. Cuando la religión quiere utilizar los medios políticos para erigirse como autoridad política y desde ahí propagar sus creencias, entonces el orden civil se trastoca y los odios religiosos emergen para matarse los unos a los otros.
Hace unos días, la Conferencia del Episcopado Mexicano exigió las reformas constitucionales necesarias para autorizar que los ministros de culto de culto puedan ser electo. ¿Se imaginan a un obispo ganando su gobernatura repartiendo indulgencias y pases gratis al cielo, para terminar excomulgando a los opositores por no obedecer la palabra del Señor?
Como si no la hubiera, los obispos pidieron también garantizar su sentido de libertad religiosa en México. ¿Cuál libertad religiosa les falta? Ya pueden tener sus conventos, ya pueden caminar uniformados, ya pueden mantener abiertamente escuelas religiosas, ya pueden encandilar adolescentes para sus centros de entrenamiento, ya pueden bloquear el tránsito con sus procesiones a sus cientos de santos patronos, ya pueden criticar y opinar de política, ¿qué más libertad religiosa quieren?
Martín Rábago, obispo de León, dijo que el derecho a la liberatad religiosa "de por sí jurídicamente no puede prohibir a una persona que por practicar una determinada profesión, en este caso ser ministros de culto, quede automáticamente eliminada para un puesto de elección popular." Pues está muy equivocado don Martín. El ser ministro de culto no es una profesión regular, como tampoco la Iglesia Católica es una empresa, ni tampoco los templos son bienes comerciales.
¿Porqué don Martín nos pretende engañar diciendo que el ministro de culto es un profesionista cualquiera y bien pudiera ser electo? Si así fuera, entonces la SEP debería certificar esos estudios y, como profesionistas, extender recibos por aportaciones, declarar todos sus ingresos y pagar impuestos. El ser profesional, precisamente implica que no se es religioso. Decir que uno es "religioso profesional" es un oxímoron.
... Hace días el vocero de la Arquidiócesis de México pronunció una sarta de mentiras contra la "píldora del día siguiente" y yo creía que uno de los mandamientos de la iglesia era "no mentirás". La Arquidiócesis dice que esa píldora tapa arterias, produce embolias y daños en el hígado; falacias. Hay un magnífico libro de Edgar González Ruiz, Mentir para prohibir, falacias de la represión sexual, que debería ser electo un libro de texto de lógica. Si a la iglesia se le permite mentir en público, ¿cuál libertad adicional quieren?
... Si los obispos pretenden quitarnos el espacio civil para llenarlo de religión, entonces en el futuro de México vamos a tener violencia religiosa, pues la ambición de los obispos, por lo visto no tiene límites."
Correo eletrónico de Enrique Canales: enriquecss@gmail.com
jueves, julio 14, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario