Autobuses y estaciones del metro fueron atacados por el terrorismo en la mañana de Londres. Y como en Nueva York, y como en Madrid, fue atacada la zona financiera. El mensaje es claro: es un ataque a la sangre de la globalización, el comercio, y al principal valor de Occidente: la libertad de intercambiar ideas y servicios. La apertura a lo otro.
El efecto es claro: hoy todos los mercados del mundo se están tiñendo de rojo.
Pero el ataque sucede un día después de la designación de Londres como sede olímpica y el mismo día que inicia la Cumbre del Grupo de los Ocho. También es un ataque mágico, simbólico a la antorcha, al fuego que fue pasado a la capital británica.
Ayer cuando hablada del ritual realizado por Londres 2012 para ganar la sede de los Juegos de la XXXa Olimpiada olvidé un detalle: el principal mago conocido hoy en el mundo es inglés y no francés, y se llama Harry Potter. Y de hecho Potter es londinense. Justamente ayer ví el corto de la próxima película de la saga, Harry Potter y el Cáliz de Fuego.
El Cáliz de Fuego es un reflego claro del Grial, objeto sagrado que buscaban los cruzados, y es a los "cruzados" a quienes se dirigen los supuestos responsables de los ataques de hoy. El Grial es claro, también un reflejo de la antorcha olímpica que justo ayer conquistó la ciudad. El eslogan en el cartel publicitario de la película dice: "Vienen tiempos difíciles Harry"...
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