Hoy fuí a la presentación a la prensa de la iniciativa de sociedades de convivencia que organizó Alternativa en un hotel del centro de la Ciudad de México. Tengo que admitir que la gente de Alternativa parecen los de una secta: todos son felices, corteses y amables. Decía en mis adentros, too good to be true. Pero no, no sufrían de la dislocación cognitiva parecida a los numerarios del Opus Dei, realmente eran personas comprometidas con su causa, y de forma racional. Charlé con Rosalinda Avila, responsable del tema de género, y casi me convence de porqué las sociedades de convivencia son una buena idea, por ser parte de un peldaño, y no un fin en sí mismas. La política importa era su mensaje, y en política el timing es oro. Y hoy aún no es el timing del matrimonio civil para quien lo quiera, por ello las sociedades de convivencia... No concuerdo totalmente pero entiendo la estrategia política.
Regreso a casa y reviso el blog de Andrew Sullivan para ver qué había sucedido en New Jersey. La Suprema Corte fallo bien, como buenos jueces deben: reconoce que las parejas del mismo sexo según la constitución del Estado merecen el mismo trato que las parejas heterosexuales, y ordena a la legislatura que trabaje al respecto. No le ordena sea a fuerzas matrimonio civil o que sean "sociedades de convivencia", pero sí ordena igualdad. Sullivan comenta: "My own position, of course, is that full civil marriage rights, with the m-word, is the only just solution. But in a democracy, there is not a majority for that yet. The court, by the way, is not being activist. It had no logical option but to apply its equal protection clause to everybody. Gay people are citizens, entitled to the same civil treatment by the government as anyone else. But the court has now left it to the legislature to decide on the name...." Concuerdo con él, para bien o para mal, pero que la democracia reine. Lo triste es ver como la iglesia católica no entiende aún - después de varios siglos - eso de la democracia: hoy condena no el matrimonio CIVIL para parejas del mismo sexo, sino la intención de legislar uniones civiles en el estado de Colorado. Sullivan comenta apropiadamente que por décadas la jerarquía católica ha encubierto el abuso sexual de miles de niños a manos de sacerdotes, pero vaya las prioridades importan ¿no es así?
Regreso a casa y reviso el blog de Andrew Sullivan para ver qué había sucedido en New Jersey. La Suprema Corte fallo bien, como buenos jueces deben: reconoce que las parejas del mismo sexo según la constitución del Estado merecen el mismo trato que las parejas heterosexuales, y ordena a la legislatura que trabaje al respecto. No le ordena sea a fuerzas matrimonio civil o que sean "sociedades de convivencia", pero sí ordena igualdad. Sullivan comenta: "My own position, of course, is that full civil marriage rights, with the m-word, is the only just solution. But in a democracy, there is not a majority for that yet. The court, by the way, is not being activist. It had no logical option but to apply its equal protection clause to everybody. Gay people are citizens, entitled to the same civil treatment by the government as anyone else. But the court has now left it to the legislature to decide on the name...." Concuerdo con él, para bien o para mal, pero que la democracia reine. Lo triste es ver como la iglesia católica no entiende aún - después de varios siglos - eso de la democracia: hoy condena no el matrimonio CIVIL para parejas del mismo sexo, sino la intención de legislar uniones civiles en el estado de Colorado. Sullivan comenta apropiadamente que por décadas la jerarquía católica ha encubierto el abuso sexual de miles de niños a manos de sacerdotes, pero vaya las prioridades importan ¿no es así?
Mi recomendación para Alternativa: si van a pasar la iniciativa de Sociedades de Convivencia, también hagan lo que hizo el gobierno de la ciudad de San Francisco: obligar a las empresas que reconozcan este contrato, y que den beneficios a los empleado/as que los tengan. La Ciudad de México maneja la cuarta parte de la economía del país - que es del tamaño de todo Chile. Cambiar la conducta de las empresas de la capital podría tener un gran impacto en todo el país.
Y para terminar este ya largo post, es interesante saber que la provincia más conservadora de Alemania, Bavaria, región católica y siempre vista como muy homofóbica, parece que está cambiando. Gobernada durante décadas por el CSU, la Unión Social Cristiana, que siempre se opusó a reconocer las uniones del mismo sexo, ésta ha cambiado de opinión en su más reciente plataforma. Vale decir que Bavaria es la provincia natal de Joseph Ratzinger, mejor conocido como Benedicto XVI.
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