Ayer fue el debate de los precandidatos del partido socialista a la presidencia francesa, que se competirá el año que entra - una competencia que recordemos no vivió el PRD este año desafortunadamente, y recordemos también que donde no hay competencia hay incompetencia.
Copio de El País:
Royal aguanta, Fabius se hunde
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Dominique Strauss-Kahn gana; Ségolène Royal da la talla y mantiene su ventaja; Laurent Fabius se hunde. Pero el gran vencedor del debate que el pasado martes enfrentó a los aspirantes socialistas a candidato a la presidencia fue en realidad el propio Partido Socialista Francés (PS), cuya imagen ante la sociedad recibió un importante impulso hecho de rigor, transparencia y confianza en sí mismo.
La tenacidad de François Hollande, primer secretario del PS -compañero de Royal y padre de sus cuatro hijos-, manteniendo contra viento y marea el modelo de democracia interna que ha desembocado en este proceso de primarias, y su resistencia a convertirse en protagonista, ha dado frutos.
En contra de lo que algunos temían -y otros secretamente deseaban- los tres candidatos no se despellejaron en público, pusieron sus ideas sobre la mesa, coincidieron en muchas cosas -lo que dejaba a salvo el programa del PS- y discreparon en otras, dibujando claramente sus distintos proyectos y ambiciones. Y dejaron la evidencia de que no era necesaria la confrontación ni la descalificación para transmitir la sustancia.
La gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP), cuyo primer secretario, el ministro del Interior Nicolas Sarkozy, espera ser elegido masivamente por la militancia el próximo mes de enero, no contaba con este efecto. Preveía todo lo contrario: que los tres socialistas se atacaran con dureza y que Royal perdiera su aura y su ventaja por el camino.
Muestra del desconcierto en el campo de la derecha es que ayer, desde el Ejecutivo, se recordó que la UMP no puede permitirse debates de este tipo hasta que Chirac no desvele si decide presentarse a un tercer mandato, lo que no sucederá hasta marzo de 2007..."
Que contraste con el miedo al debate demostrado por Andrés Manuel López Obrador, ¿no les parece? No quiso debatir con el Ing. Cárdenas y tampoco ir al primero debate presidencial. Temía desgastarse. Pero como le dijo Eliot Spitzer - quien es candidato demócrata al Estado de NY- a Edward Norton en una entrevista que le dió para la revista Interview - siendo Norton editor invitado - quien teme al riesgo, teme al éxito...
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