sábado, octubre 14, 2006

La guerra secreta de Ratzinger


La novela y la película del Código da Vinci pueden tener muchas críticas, pero hicieron algo muy necesario: poner a debate la historia oficial del cristianismo que cuenta la iglesia católica. Y uno de los actores que la novela revalua es la Orden del Temple. Apoyada por Roma, y luego traicionada por ella hasta lograr aplastarla, el Temple se convirtió en leyenda. Orden de monjes guerreros que tenían como misión defender las caminos hacia la tierra santa, también se convirtieron en diplomáticos y en banqueros, creando el primer sistema de intercambio seguro de finanzas europeo desde el fin del imperio romano. A la vez, su fe era abierta e incorporó elementos de su contacto con el islam, como la arquitectura octagonal, pero sobre todo eso los hizo tolerantes con otras ideas. Y poco a poco ésto fue molestia de príncipes y de Roma misma, que sentían perder su poder ante estos monjes que no se dejaban sobornar. Su estructura de gobierno fue tan eficiente que luego fue copiada por San Ignacio para formar la Compañía de Jesús. Pero antes de copiar su diseño, los poderosos de Europa - especialmente el Papa Clemente V y el rey Felipe IV de Francia - conspiraron para en una noche de viernes, por todo el continente, perseguir y apresar a los templarios. Esa noche se hizo famosa en la historia por ser el viernes 13 de octubre de 1307. De ahí la mala fama de ese día...
En los meses que siguieron los templarios fueron torturados por la Inquisición. Como con los cátaros antes que ellos, y como Giordano Bruno después de ellos, ésta tortura fue especialmente autorizada por el Papa. En 1312, el Temple fue oficialmente suprimido - como siglos más tarde lo sería varias veces la Compañía de Jesús. Miles de templarios sucumbieron en la hoguera, y otros pudieron huir a Inglaterra, donde hay aún hoy en día, en Londres, un distrito llamado Temple. Es legendaria en esta historia la maldición que el superior de los templarios, Jacques de Molay, lanzó el 18 de marzo de 1314, cuando fue condenado a la hoguera. La crónica afirma que asumió el castigo con calma, igual como hicieran los cátaros y luego Bruno. Pero Molay, aunque calmado, no murió sin defender su verdad y afirmó que en 13 generaciones (recordemos el 13 del viernes) la monarquía francesa caería, y que Felipe IV y Clemente V comparecerían ante Dios en menos de un año. Extrañamente, todos los avisos se cumplieron.

El Temple afirman los historiadores no desapareció por completo, sino que sobrevivió en diversas ramas a través de la Compañía de Jesús (el afamado jesuita Athanasius Kircher fue gran estudioso de sus trabajos, como Bruno, y afirmó como ellos decían, que todo el conocimiento divino provenía de Egipto) y la masonería, especialmente la de rito escosés, apoyada entre otros, por la familia Rothschild.
Por ello parece ser que la profecía de Molay aún inquieta a Roma, y en especial a Joseph Ratzinger. Y es que antes de ser electo Papa - Benedicto XVI - mandó investigar a Inglaterra una supuesta advertencia del temple, ya que le pedían que la iglesia católica se disculpara por la supresión de la Orden o afrontara las consecuencias. Y es que en 2007 se cumplen siete siglos del viernes 13... y según los signos, parece que la advertencia tiene sustento: Ayer viernes 13 de octubre se lanzó una película llamada Libranos del Mal (Deliver us from evil), un documental que muestra los terribles crimenes de pedofilia cometidos por sacerdotes y el escandaloso encubrimiento cometido por la jerarquía católica -encabezada por el cardenal Ratzinger - más interesada en mantener su poder y riqueza que en el bienestar de las víctimas. El timing del lanzamiento del documentak fue preciso, y seguramente como sucede mucho en política, no casual... Y también llama la atención algo más: la Compañía de Jesús tendrá una Congregación General Extraordinaria en enero de 2008. En febrero de este año el Padre General mandó una carta a todos los jesuitas, que decía ésto: “durante la Congregación de Procuradores de 2003 y durante la reciente reunión de Superiores Mayores de la Compañía de Jesús, se hizo más claro cada vez que la Compañía ha llegado a una situación prevista por San Ignacio en las Constituciones (680): en la que hay ‘cosas muy difíciles tocantes a todo el cuerpo de la Compañía’”. Kolvenbach sostiene que ha tomado esta decisión “después de haber obtenido el consentimiento de Su Santidad Benedicto XVI”...

PD.
Es interesante recordar que Kircher -junto con Lorenzo Bernini, otro jesuita famoso - trabajo para poner un obelisco egipcio en la Piazza della Minerva en Roma, lugar donde antes estuvo un templo dedicado a la diosa Isis...


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