El día de la boda de Jaime e Iván, en abril de este año en Madrid.Ya saben mis posiciones de inicio de la semana, más a sido una semana intensa.
El resumen se encuentra en el blog de Andrés Lajous, que copio aquí:
Ley de Sociedades de Convivencia
Pongo aquí la iniciativa de la Ley de Sociedades de Convivencia que presentó la Coalición Parlamentaria Socialdemócrata en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
En México hemos transitado hacia una democracia electoral en donde se reconoce el pluralismo político y se acepta lo diverso. Para afrontar este pluralismo, hemos construido instituciones y leyes; hemos avanzado en modificar reflejos autoritarios, por formas de reacción tolerantes hacia expresiones políticas diferentes. El reto hoy es reconocer, aceptar y garantizar el pluralismo social. Así como fuimos capaces de construir instituciones que fortalecieran nuestra democracia, ahora es tiempo de unir esfuerzos para el pleno reconocimiento y el pleno respeto a la diversidad social.
Definitivamente creo que la Ley de Sociedades de Convivencia es muy limitada en lo que propone, además que coincido con Alfredo Narváez en que generará una discriminación ahora LEGAL en el sentido de que la sociedad de convivencia es definitivamente MUY diferente al matrimonio civil.
¿Qué beneficios reales tiene para una pareja homosexual/lesbiana suscribir legalmente una sociedad de convivencia?
A lo que entiendo, al contraer y firmar tal sociedad los que suscriben adquieren varias OBLIGACIONES, como compartir los gastos y vivir en el mismo lugar; pero ¿qué hay de los DERECHOS?
En mi opinión si vemos a la Sociedad de Convivencia como un "producto" que se venderá a la sociedad, no lo veo muy atractivo, en contraste con los múltiples beneficios que tiene un matrimonio civil convencional.
El añadir esta nueva forma de contrato civil sólo hará más grande la burocracia y más difícil para el ciudadan@ elegir qué contrato le conviene. Lo que se necesita es simplemente MODIFICAR las leyes del matrimonio civil que YA EXISTEN para permitir a personas del mismo sexo el contraerlo (y, si quieren evitar controversia, cambiarle de nombre). No llenar el altero con más leyes incompletas que pretenden ser una solución temporal a un problema mayor.
Publicado por: Fermín Franco Medrano | 27/10/06 a las 4:54
Después de macerar el asunto estos días, coincido co Fermín: es un producto malo y lo mejor sería solo ampliar la noción de género del matrimonio civil y listo. Sin embargo entendiendo la política como el arte/ciencia de lo posible, aquí y ahora la Asamblea no pasará el matrimonio civil para quien lo quiera...
En España, nuestro referente cultural más cercano en este caso, primeros algunas autonomías pasaron leyes de parejas de hecho, como Cataluña y Navarra. Y fue después, con ese aprendizaje que en 2005 el gobierno socialista pasó la ley de igualdad de matrimonio civil.
Sí, se creará un guetto legal, como pasa ahora en Francia y en Inglaterra, pero como bien dice mi mentor en este asunto, Andrew Sullivan, el movimiento de diversidad sexual necesita ser estratégico ahora, lo que implica estirar un poco más su paciencia:
"Moderation and patience are now what the gay movement needs. Not absolutism. We're winning the argument. So why demand total victory now when reasonable people, uncomfortable with marriage, can give us so much so soon, short of full marriage equality. Are we that impatient?"
http://time.blogs.com/daily_dish/2006/10/a_sane_gay_view.html
¿Podemos ser un poco más pacientes? Si hemos esperado siglos, creo que sí. Fermín tiene toda la razón en términos liberales, pero también el liberalismo es humilde y sabe que las sociedades deben tener la oportunidad de aprender. Ahora nuestro rol es el de facilitar ese aprendizaje, no detenerlo.
Que se aprueba la sociedad de convivencia como un paso, pero sabiendo que lo que debemos después hacer es caminar.
Publicado por: Alfredo Narváez | 27/10/06 a las 10:05