Amo los rascacielos, amo las ciudades. También amo los arboles y los bosques, pero hay algo en lo humano, que para bien y para mal, hace esperar lo inesperado. La naturaleza es ciclica, es predeterminada. El invierno da paso a la primavera. La misma abeja de hoy hacia lo mismo que en tiempos de los dinosauros. Nosotros no, nosotros somos rebeldes, nosotros somos rebeldes de lo "natural". Construimos casas más variadas que los castores, y nuestro movimiento no obedece a migraciones programadas como las de las ballenas. Nosotros somos rebeldes, por eso somos inesperados, humanos...
jueves, octubre 12, 2006
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