miércoles, noviembre 26, 2008

El futuro de la iglesia católica - si la gente importara...



Como me gustaría estar un día en un boda como esta, aunque ya sea anciano, pero ver algo así ocurriendo en una iglesia sería milagroso, quizá una prueba de que Dios existe, y no en el cielo, sino aquí entre nosotros. El vídeo termina con un mensaje que bien es el mensaje original de Jesús: amor para tod@s. Solo falta que un día la jerarquía de la iglesia católica por fin lo crea., y en base a este reconozca la dignidad de tod@s, de las mujeres de consagrar y de las parejas de diferente o mismo sexo para unirse ante su comunidad (el sentido original de la palabra iglesia). La letra de la hermosa canción (cantada por Ane Brun) de Cindy Lauper dice:

You with the sad eyes
don't be discouraged
oh I realize
it's hard to take courage
in a world full of people
you can lose sight of it all
and the darkness inside you
can make you fell so small

But I see your true colors
shining through
I see your true colors
and that's why I love you
so don't be afraid to let them show
your true colors
true colors....

Bernardo Barranco cuenta hoy en La Jornada como la jerarquía católica quiere ahora incluir a laicos (así es laicos, pocas laicas) en los quehaceres de la iglesia, pero tiene dudas de que la intención sea honesta, y esa es una de mis dudas de ver una boda así pronto. Copio del excelente texto de Barranco:

"En este inicio del siglo XXI, la reunión de Aparecida 2007 pone sobre la mesa la crisis cultural de la Iglesia católica. Ante los cambios culturales, la Iglesia juega al autismo civilizatorio encerrándose en sus verdades tradicionales. Sin capacidad de réplica, amenazada como nunca por nuevos movimientos religiosos que avanzan inexorablemente por audiencias, especialmente populares, que cimbran el histórico monopolio católico. Ante la crisis de la Acción Católica, la Iglesia no ha encontrado fórmulas pastorales efectivas ni claras hipótesis de evangelización, y más bien ha venido sumando propuestas prometedoras que pronto quedan en el camino y en el fracaso.

Quedan temas candentes, para empezar el creciente papel de la mujer en la sociedad, incluyendo su ministerialidad tan temida; por otra parte, el lugar que debe darse a los diáconos laicos en el seno de las comunidades cristianas; recuérdese la penosa negativa del Vaticano a la ordenación de diáconos indígenas. Igualmente, la necesidad de una pastoral de la inteligencia que sacuda la desesperante mediocridad de los pensantes que se contentan con repetir las fórmulas y los lugares comunes gastados de la doctrina católica y que están lejos de responder a una realidad en permanente mutación.

El título del artículo de Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal, “Sin laicos no se puede”, ilustra la preocupación de los altos prelados por encontrar nuevas rutas y certeras presencias en la sociedad. Muchos obispos esperan nuevas y duraderas “síntesis pastorales”; sin embargo, la cambiante realidad tecnológica y de mercado complica las más audaces hipótesis religiosas.

Los jóvenes, a pesar de las grandes movilizaciones provocadas por los papas, sienten poco atractiva la oferta católica. Gran parte de los fieles laicos prefieren las ONG y las organizaciones de la asistencia privada que participar en el rancio asociacionismo católico. Juan Pablo II se equivocó: su centralismo clerical y su favoritismo por movimientos de elite, como Comunión y Liberación, Opus Dei, Focolares y Legionarios, que terminaron por encerrarse en herméticas burbujas de clase con escaso impacto social, han provocado, en parte, esta debacle pastoral y que la cuerda debilitada hacia los laicos se esté consumiendo."


No hay comentarios.: