jueves, mayo 29, 2008
¿Es posible el fin de la pobreza?
miércoles, mayo 28, 2008
Nueva York reconocerá bodas gays realizadas donde sea
ALBANY — Gov. David A. Paterson has directed all state agencies to begin to revise their policies and regulations to recognize same-sex marriages performed in other jurisdictions, like Massachusetts, California and Canada.
Los que dicen que se dicen religiosos pero solo dan mensajes de odio deben estar muy enojados...
Si el Papa fuera mujer el aborto sería ley
... y muchas mujeres pobres (las ricas se van a Houston, San Diego...) no tendrían que tener abortos ilegales, insalubres... y morir en el intento...
¿Por qué los conservadores hablan de la vida de un embrión (que antes de 12 semanas no tiene ni siquiera tallo cerebral) y no se preocupan por las vidas de mujeres adultas?
Por una razón: no les importan, como quizá tampoco al Papa. Por algo en el Vaticano no hay mujeres que gobiernen...
¿El Turner Prize... es arte?
¿Carlos Slim quiere que la gente muera de cáncer?
Y de las demás empresas que se han amparado contra la nueva ley de protección a los no fumadores, como Liverpool y Wings, si la salud de sus clientes no les importa, ¿qué les importa? Al menos es notorio que las de sus empleados no, obligándolos a respirar humo por horas...
Copio del diario Reforma del 27 de mayo:
Van grandes empresas contra la ley antitabaco
Por Víctor Fuentes
(27-May-2008).-
La batalla jurídica contra la prohibición total de fumar en espacios cerrados ya dejó de estar a cargo sólo de ciudadanos individuales, o de algunos restaurantes y antros.
Las grandes empresas comenzaron a promover amparos para cuestionar esta reforma, vigente desde abril pasado.
Registros judiciales indican que firmas como Grupo Sanborns, Liverpool, Grupo Caliente y Apuestas Internacionales, la filial de Televisa encargada de operar casinos, ya se inconformaron y pidieron al Poder Judicial Federal declarar la inconstitucionalidad de esta restricción.
Sanborns, propiedad de Carlos Slim tiene 70 sucursales con tienda y restaurante en el DF, además de 13 Café Sanborns; esta última cadena también presentó un amparo.
Liverpool controla nueve almacenes en la Ciudad de México. En su amparo, la empresa impugnó todos los artículos de la Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores del DF.
También hay amparos de varias empresas que forman parte de Corporación Mexicana de Restaurantes, del empresario Joaquín Vargas, que controla marcas como Wings, con 27 sucursales en la capital, El Barón Rojo, Los Almendros, La Destilería y Meridien, entre otras.
Además se amparó Restaurantes California, que forma parte del grupo Controladora Comercial Mexicana, y tiene 22 locales en el DF.
Play City, la marca de Apuestas Internacionales, tiene cinco casinos en la ciudad, pero su permiso es para operar un total de 66 locales, por lo que podría expandirse en los próximos años.
Grupo Caliente, cuyo dueño es el ex alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rohn, controla cuatro casinos en el DF; Promociones e Inversiones de Guerrero, de la familia Riva Palacio, tiene otros cuatro, y ambas ya se ampararon.
Entre los argumentos legales destaca el de trato inequitativo frente a los hoteles, donde el 25% de los habitaciones pueden ser asignadas para fumadores.
Sin embargo, algunos hoteles también están inconformes. Por ejemplo, Grupo Posadas, del empresario Gastón Azcárraga, promovió su propio amparo.
La firma, representada en este litigio por el ex senador panista Fauzi Hamdan, maneja nueve hoteles en el DF, con las marcas Fiesta Americana y Fiesta Inn.
En todos los casos, los jueces federales han negado suspensiones que permitirían mantener las actuales secciones de no fumar mientras se resuelven los juicios.
Fuentes judiciales informaron que las empresas también sostienen inequidad y discriminación porque solo se dio derecho a locales con terraza al aire libre para crear secciones de fumadores.
martes, mayo 27, 2008
¿Cuál es la diferencia entre tecnología y magia?
(Arriba: Imagen tomada de la película 2001: Odísea del Espacio; en medio, imagen tomada de la serie Lost, donde la premisa es la posibilidad de viajar en el tiempo. Abajo: la estructura interna del LHC, un anillo de varios kilometros en la frontera entre Francia y Suiza.)
El recientemente fallecido Arthur C. Clarke, autor de 2001 Odisea del Espacio (novela que luego sería película), decía que la "alta tecnología" no se distinguía de la magia. El problema es saber qué es alta tecnología para alguien. Hay crónicas que cuentan que parte del público salía de los primeros cines cuando aparecía una locomotora. Existía una disonancia cognitiva con lo que entendían por "realidad".
Disonancia donde el cine ha sido el gran maestro: mucha gente salía de ver Cloverfield con mareo y vómito, pero no solo eso, muchos decían que la película parecía un documental. El cinema verité del siglo XXI. Si Cloverfield les gustó, este vídeo de un celular satánico no los defraudará. Y es que hasta el vídeo ya no es prueba de verdad... ¿o de mentira? Y es que el celular es hoy el talismán más preciado de nuestras posmodernas vidas. ¿O cómo entender el caso de los celulares fantasmas?
¿Cómo explicar entonces películas tecno mágicas como Encuentros Cercanos, Poltergeist, o más recientemente El Aro? Erik Davis dice que la tecnología es hoy el corazón mismo de la cultura global, y que por ende vivimos una tecnocultura, pero también escribe en Techgnosis que la tecnología está escrita, formada desde hace siglos con una narrativa mágica. Escribe en su libro:
"Almost everywhere one turns these days, one finds signs of this "metaphysical economy," the sparkling mirror image of Marx's insistence on the ultimately material basis of wealth and value. The pleroma returns as the world's financial markets, where money ascends into angelic orbit, magically multiplying itself in a weightless casino of light pulses and symbolic manipulations. While corporations, cabals, and networks of trade and dataflow now overlay the territorial and social borders of nations, some thinkers believe that the information economy actually transcends, rather than simply extending, the previous material economies of industry and agriculture. As the technology futurist George Gilder put it, "The central event of the twentieth century is the overthrow of matter...The powers of mind are everywhere ascendant over the brute force of things." This technological dualism is perhaps most starkly reflected in the world economy's myopic and cavalier relationship toward the biosphere itself, the material matrix of trees, water, wetlands, and toxins within which our bodies remain inextricably embedded...."
Al respecto también escribe Jeff Wells en su blog:
"I've always found it difficult to conceive that a third of the static on a television set tuned to an unallocated channel is cosmic radiation. I mean, it's in my home. How can something so familiar do something so incredible? I know TVs, radios and other electronic devices pick up "stray electromagnetic waves," but it doesn't seem right somehow that the same instrument on which I can watch another Seinfeld rerun also presents the decaying of photons from our universe's roiling moment of creation..."
Y este siglo apenas comienza: en un mes (cerca de la mágica fecha del solsticio de verano) echan a andar en Suiza el Large Hadron Collider, o el gran colisionador de partículas, con el cual esperan comprobar si existe Higgs (interesante que lo llaman la "partícula de Dios", una micropartícula de la materia, y si existe, se completa una gran teoría sobre la estructura del universo. Conocer por fin la llamada teoría de la gran unificación nos daría un poder inmenso, y quien sabe si deseable, teoricamente la posibilidad de viajar en el tiempo.
Es llamativo, por así decirlo, que el anillo donde se verificará todo esto tiene un diseño octagonal (si son fans de Lost conocen bien esa figura) uno de los diseños más usados en la arquitectura religiosa, como en el Templo de la Cupula de la Roca en Jerusalén en la cupula de la catedral de Florencia, diseñada por Brunelescci, famoso arquitecto beneficiado por los Medici. Dinero, tecnología, magía, entretenimiento... siempre han estado juntos. El show debe continuar, y eso es algo que un mago poderoso lo sabía, como el Mago de Oz.
Reporte sobre cambio climático advierte problemas para Estados Unidos
New Climate Report Foresees Big Changes
The rise in concentrations of carbon dioxide in the atmosphere from human activities is influencing climate patterns and vegetation across the United States and will significantly disrupt water supplies, agriculture, forestry and ecosystems for decades, a new federal report says.
The Effects of Climate Change on Agriculture, Land Resources, Water Resources, and Biodiversity in the United States (climatescience.gov)
The changes are unfolding in ways that are likely to produce an uneven national map of harms and benefits, according to the report, released Tuesday and posted online at climatescience.gov.
The authors of the report and some independent experts said the main value of its projections was the level of detail and the high confidence in some conclusions. That confidence comes in part from the report’s emphasis on the next 25 to 50 years, when shifts in emissions are unlikely to make much of a difference in climate trends.
The report also reflects a recent, significant shift by the Bush administration on climate science. During Mr. Bush’s first term, administration officials worked to play down a national assessment of climate effects conducted mainly during the Clinton administration, but released in 2000.
The new report, which includes some findings that are more sobering and definitive than those in the 2000 climate report, holds the signatures of three cabinet secretaries.
According to the report, Western states will face substantial challenges because of growing demand for water and big projected drops in supplies.
From 2040 to 2060, anticipated water flows from rainfall in much of the West are likely to approach a 20 percent decrease in the average from 1901 to 1970, and are likely to be much lower in places like the fast-growing Southwest. In contrast, runoff in much of the Midwest and East is expected to increase that much or more.
Farmers, foresters and ranchers nationwide will face a complicated blend of changes, driven not only by shifting weather patterns but also by the simultaneous spread of nonnative plant and insect pests.
Some invasive grasses, vines and weeds, for example, do better in higher temperatures and carbon dioxide concentrations than do crops and preferred livestock forage plants.
Corn and soybean plants are likely to grow and mature faster, but will be more subject to crop failures from spikes in summer temperatures that can prevent pollination, said one of the authors, Jerry L. Hatfield, a plant physiologist with the United States Department of Agriculture, in a conference call with reporters.
David E. Schimel, a lead author and director of a federal system of ecological monitoring stations, said in the call that mitigating emissions in the long run was still important even though not much could be done to change the short-term climate picture.
The 203-page report, “The Effects of Climate Change on Agriculture, Land Resources, Water Resources and Biodiversity in the United States,” is a review of existing studies, including last year’s voluminous quartet of reports from the Intergovernmental Panel on Climate Change. It is part of a continuing assessment of lingering questions related to global warming that was initiated in 2003 by Mr. Bush.
The report did not evaluate how the risk faced by farmers, water-supply managers and others might be reduced if they changed practices or crop and livestock varieties to adjust to changing conditions.
But several authors said that over all, the pace and nature of some of the looming changes would present big challenges in many of the country’s fastest-growing regions.
The West will not only face a dearth of water, but also large shifts in when it is available. Water supplies there will be transformed by midcentury, with mountain snows that provided a steady flow of runoff for irrigation and reservoirs dwindling. That flow will be replaced by rainfall that comes at times and in amounts that make it hard to manage, the report and authors said.
The report also emphasized that the country’s capacity to detect climate shifts and related effects was eroding, as budgets and plans for long-term monitoring of air, water and land changes — both on the ground and from satellites — shrank.
Richard Moss, a vice president of the World Wildlife Fund who previously coordinated federal climate reports under both the Clinton and Bush administrations, said the findings “highlight the urgency of the climate change problem” and provided important new support for action both to limit emissions and adapt to inevitable changes.
Peak Oil: noticias del fin de una era y el inicio de otra
- Protestas por el alto precio de los combustibles en Francia hacen que Sarkozy baje impuestos.
- La Agencia Internacional de Energía ha ordenado una investigación para saber si la humanidad se quedará sin petróleo en cuatro años.
- Los automóviles hibridos con baterías de litio dominarán las calles desde 2009, con un nuevo sedán de Mercedes Benz. Si los precios del petróleo siguen subiendo, autos de esta clases subirán hasta el 10% del mercado global en pocos años.
- El mercado de bonos de carbono a punto de despegar en Estados Unidos.
lunes, mayo 26, 2008
Un millón de Prius vendidos
La segunda generación de Prius salió a fines de 2001. Era más grande, y aún con mayor rendimiento de combustible: 26 kilómetros por litro. Un logro de ingeniería y se vió que de mercado: en 2001 se vendieron 15 556, en 2002, 20 119... En Europa fue escogido Auto del Año en 2005.
El 18 de mayo de 2008 Toyota anunció las ventas acumuladas a nivel mundial habían pasado el millón de unidades. Es decir un millón de baterías, el corazón del sistam híbrido. Esta década del mercado de baterías ha inspirado la inversión de capital en empresas que trabaja en el desarrollo de la siguiente generación: baterías de litio. La primeras baterías son de niquel, material peligroso si no se maneja bien.
El primer millón de clientes pagó Prius algo caros, pero puso las bases para millones de clientes más compren Prius más eficientes, limpios y baratos. Y dicen que el capitalismo destruye al medio ambiente... puede ser, pero el capitalismo japonés de largo plazo pensado por Toyota explica porque es por hoy la primera empresa automotriz del mundo, y porqué Detroit sigue atrasando más y más. ¿Cuál es ahora la próxima meta de Toyota? Vender un millón de Prius para fines de la década, y saben, les creo.
La pregunta entonces es: ¿cuándo se venderá por fin en México? Para pedirla a Toyota que ya traiga el Prius puedes llamar al 01 800 7 - TOYOTA o escribir un mensaje en su website.
Obama: el primer candidato open source
Barack Obama is master of the new Facebook politics
Last Tuesday night, as the results from Kentucky and Oregon gave both the Clinton and the Obama campaign something to feel good about, another statistic blipped up on the television. In April the Obama team had raised a further $31m (£15.8m) for its campaign. The Clintons managed $20m - and the broader financial picture was even grimmer for Hillary.
Barack Obama now has close to $38m cash in hand for the remaining campaign, compared with Clinton’s $6m. And her debts amount to $10m, not counting the $11m she lent herself. His debts are only $2m.
How did this happen? The Clintons are the biggest name in the Democratic party. Their campaign chairman, Terry McAuliffe, was once chairman of the party. In December, when Clinton was the favourite, she was able to use that leverage to persuade most big donors to go with her. She had star power and a pitch designed to appeal to Hollywood (the first female president) and to New York (she was its senator).
There is only one real answer to Obama’s financial success: the internet. What Howard Dean, a previous candidate for the Democratic presidential nomination, presaged in 2004 - when he raised $27m online for his campaign - has come to fruition only four years later with a candidate who is primed to take advantage of web power and a generation that is now used to relating, thinking, talking and meeting online.
It was one of Clinton’s many huge errors that she bypassed Silicon Valley’s fundraisers in favour of more traditional areas of Democratic support. And she missed the key element of the new politics: social networking. She was still AOL; Obama was Facebook. Clinton was the PC; Obama was a Mac.
As Peter Leyden of the New Politics Institute, an influential California think tank, says: “What’s amazing is that Hillary built the best campaign that has ever been done in Democratic politics on the old model – she raised more money than anyone before her, she locked down all the party stalwarts, she assembled an all-star team of consultants and she really mastered this top-down, command-and-control type of outfit. And yet she’s getting beaten by this political start-up that is essentially a totally different model of the new politics.”
The new model really began thanks to John McCain. His 2002 campaign-finance law ended the era of a few big donors funding party politics. The maximum legal amount of any individual donation became $2,000 in 2004 and $2,300 in this election cycle. And so the key to raising money was getting people to “bundle” together as many friends and colleagues as possible to contribute the maximum of $2,300 each.
That’s how George W Bush did it – with his “pioneers” and “rangers”: friends and supporters who could corral dozens or hundreds of friends to pitch in. The usual means were living-room fundraisers and barbecues and phone trees, often involving the candidate himself or a surrogate.
But the Obama team realised that online social networking made such physical fundraisers redundant; and it also realised that a much better point of entry wasn’t $2,300 but less than one-tenth of that: $200. It transformed its website into a social networking zone, and its appeal to the young made this strategy viral.
Last month’s $31m haul – almost all of it accrued online – is all the more impressive when you discover that 94% of it came in sums of $200 or less. A million little donors became the model.
One of the men Obama hired to set up this new effort certainly knew what he was doing: Chris Hughes is a co-founder of Facebook.
When you hear Hillary Clinton call Obama an elitist, the flood of small donations is worth remembering. Obama’s campaign has in fact been the least elitist and most democratic fundraising operation in the history of American politics. He has more than 1.5m individual donors, who come with their own e-mail address books and social networks. And since most have not donated anything like the maximum amount, he doesn’t just have a list of names to thank; he has a huge list of names to ask for more. This is a money machine unlike any other.
Joshua Green, whose definitive report on Obama’s strategy appears in the latest issue of The Atlantic magazine, points out something else: “During the month of February, for example, his campaign raised a record-set-ting $55m – $45m of it over the internet – without the candidate himself hosting a single fundraiser.”
That’s another staggering benefit of this kind of open-source, web-based operation: the personal drain on a candidate is lessened. He can spend less time at rubber-chicken dinners, fewer soul-sapping hours begging for cash on the phone, less time schmoozing possibly cheesy characters (remember how much trouble Al Gore got into in 2000?) and more time honing speeches, working on policy, engaging the media.
Obama’s trademark mass rallies must also be seen in this context. They aren’t just media draws. Everyone who wanted to get into the 75,000-strong rally in Portland, Oregon, last weekend had to provide an e-mail address.
By the time they came home from the event, an e-mail was waiting for them, asking them for money or for referrals to other friends, and encouraging them to form “affinity groups” to spread the network wider and wider.
It’s a new form of politics; it is likely to last beyond the Obama campaign and to change the shape of all campaigns to come. For Obama the new method was also bang on message. His liberalism is not a top-down, managerial variety; it’s more in line with progressive traditions of self-empowerment. A social network was the perfect medium.
I have seen this for myself. This spring, many friends who had never previously been interested in politics suddenly told me about their Obama fundraisers. I was stunned by their activism. No one had asked them. They were arranging the parties or performances or gatherings through Facebook and MySpace, without any formal leadership from Obama headquarters.
Just as Obama’s most famous web videos were never commissioned by the candidate – they were created and disseminated spontaneously online – so his fundraising began to take on a life of its own. The only other candidate who managed to inspire such energy was the maverick Republican Ron Paul. His message was not unlike Obama’s: self-empowered, antiestablishment, next-generation.
There is no question in my mind that this is the future of political organisation and fundraising.
The strongest criticism of Obama is his lack of substantive achievements in public life. He is a freshman senator, and his record is indeed thin in comparison with that of McCain or Clinton. However, if his abilities in government are in any way similar to the skills he has shown in managing – and brilliantly not managing – his campaign, then this is a candidate not to be underestimated. Clinton has been sideswiped. And, privately, most Republicans I know are terrified.
domingo, mayo 25, 2008
Por qué el plan alimentario de Calderón no funcionará
"Para facilitar el abasto, Calderón anunció la eliminación de aranceles a las importaciones de arroz y maíz blanco y amarillo, la reducción a la mitad en el impuesto a la importación de leche en polvo, y una cuota fija de importación de frijol libre de arancel..."
Si Calderón cree que con quitar aranceles van a llegar más alimentos baratos a México, está muy equivocado por una sencilla razón: muchos países sencillamente ya no están vendiendo sus excedentes al extranjero, porque prefieren guardarlos para ellos. El error no es de esos países, sino de México, cuyos estupidos economistas decidieron que poco a poco dependiera del extranjero para comer sus alimentos más básicos, como el maíz. Por algo Japón no importa ahora arroz, es algo que se produce en sus propias islas. Se quedarán sin mantequilla, pero no sin arroz. Esta crisis tiene mucho de especulativa, pero tiene una raíz que poco a poco se revela: el fin del petróleo barato, el llamado Peak Oil. El litro de gasolina cuesta ya 10 pesos en Estados Unidos, mientras en México 7 y fracción, pero el precio mexicano es una ilusión: la gasolina, como el diesel y la electricidad doméstica son fuertemente subisidiados, pero el subsidio no podrá ser suficiente cuando el precio real del litro de gasolina llegue a 20, 30 o 40 pesos, que muchos expertos creen algo viable en pocos meses o años. Gasolina más cara es transporte más caro, que son alimentos más caros...
Cada día que pase mostrará poco el cambio brutal de civilización al que estamos entrando. James Howard Kunstler escribe hoy un artículo muy oportuno en el Washington Post:
"The idea that we can become "energy independent" and maintain our current lifestyle is absurd. So is the gas-tax holiday. (Which politician wants to tell voters on Labor Day that the holiday is over?) The pie-in-the-sky plan to turn grain into fuel came to grief, too, when we saw its disruptive effect on global grain prices and the food shortages around the world, even in the United States. In recent weeks, the rice and cooking-oil shelves in my upstate New York supermarket have been stripped clean.
So what are intelligent responses to our predicament? First, we'll have to dramatically reorganize the everyday activities of American life. We'll have to grow our food closer to home, in a manner that will require more human attention. In fact, agriculture needs to return to the center of economic life. We'll have to restore local economic networks -- the very networks that the big-box stores systematically destroyed -- made of fine-grained layers of wholesalers, middlemen and retailers
We'll also have to occupy the landscape differently, in traditional towns, villages and small cities. Our giant metroplexes are not going to make it, and the successful places will be ones that encourage local farming...."
Calderón podrá quitar todos los aranceles de importación de alimentos, podrá subsidiar la gasolina para abaratar su transporte, pero en pocos meses todo esto será futil. El Plan de Emergencia real debe ser otro y debe decir en primer lugar que todos los mexicanos y mexicanas deben ahora hacer algo desde hoy: sembrar hortalizas, arboles frutales en su propio jardín, en los camellones... Mientras menos dependamos del petróleo para comer, y entre más pronto sea, más rápido se salvará este país. De lo contrario ni todas las reformas de Pemex, ni todos los aranceles eliminados o subsidios creados evitaran lo peor.
Ciencia y Caridad
De Pablo Ruiíz Picasso, pintado a sus 16 años para un concurso donde gana mención de honor. Hoy se encuentra en el Museo Picasso de Barcelona. Copio de Fisterra:
Pocos días antes de ir a pasar las vacaciones a Málaga en 1896, la familia Ruiz se trasladó a un piso de la calle Merced, número 3, y don José alquiló para su hijo un estudio en la calle de la Plata, número 4, situado a mitad del trayecto del domicilio paterno a la Lonja. Así, al iniciarse el curso de 1896-97, Pablo, a sus quince años, ya tenía un taller propio. En él pintó, en 1897, su primera gran obra, Ciencia y Caridad.
El tema, la idea y la composición de la obra partieron de don José y en ella quedan reflejadas las influencias de la época: la búsqueda del efecto luminoso heredado del impresionismo, pero también cierto provincialismo, se mezclan con la intención social y humanitaria de algunos modernistas. En el colorido, también se ven dos tendencias: la paleta académica de ocres y marrones acoge tonos «fin de siglo», como son el malva, lila y blanco. La escena representa un médico tomando el pulso a una enferma postrada en la cama de una modesta alcoba; al mismo tiempo, una monja le ofrece un tazón sosteniendo a su hijo. La rigidez y estructura de la obra contrasta con la libertad de los bocetos preparatorios, que se guardan, salvo uno, en el museo (110.099, 110.089, 110.229, 110.214 y 110.046 R). Para la figura del médico, posó el padre del artista; para la enferma, una pordiosera que pedía limosna en las inmediaciones del estudio y que fue contratada con el niño a dos duros por sesión, más los regalos y golosinas que le diesen al pequeño. El hábito de hermana de la caridad fue facilitado por sor Josefa González, de la comunidad de San Vicente de Paúl, que había sido atendida médicamente en algunas ocasiones por don Salvador.
Picasso presentó Ciencia y Caridad a la Exposición General de Bellas Artes de 1897 celebrada en Madrid con el nº 944 del catálogo oficial, donde constaba como discípulo de Muñoz Degrain, y obtuvo una mención de honor. El presidente del jurado de la sección de pintura era Modesto Urgell (que era profesor interino en la Lonja) y los vocales eran Luis Sainz, José Nogales, Serafín de Avendaño y Manuel Ramírez. Entre los pintores participantes, destacan: J. Mir, L. Masriera, Sorolla, Darío de Regoyos, Ramón Casas, Matilla. Las medallas de primera clase fueron conseguidas por Ignacio Pinazo y Sebastián Gessa. La temática elegida por Picasso debía ser del agrado del jurado, ya que el cuadro Caridad del gallego Jenaro Carrera Femández (1874-1902) obtuvo también una mención honorífica.
Según cuenta Sabartés, Picasso le dijo: «en las manos se ven las manos, decía mi padre». Y por lo visto esta máxima era compartida por parte de la crítica, ya que para desmerecer el éxito oficial del joven pintor, un periodista jocoso publicó la siguiente quintilla:
«Siento ante tanto dolor reírme como un bergante, pero el caso es superior. ¡Pues no está el señor doctor tomándole el pulso a un guante!»
Esta composición, que parece había sido premiada con una medalla de oro en la exposición provincial de Málaga, fue regalada al tío Salvador y estuvo colgada en su casa hasta 1918, posiblemente como agradecimiento a su protección y mecenazgo.
El mismo año que Pablo conseguía estos galardones en certámenes oficiales, se produjo, en Barcelona, un acontecimiento que sería de gran importancia para Picasso en el período siguiente: el 12 de junio de 1897 se inauguraba el café-cervecería de Els Quatre Gats, donde se reuniría la «intelligentzia» catalana y modernista.
Autora: Rosa Mª Subirana. Directora del Museo Picasso
Museo Picasso, en Grandes Pinacotecas. Museos de España, nº 1. Eds. Orgaz SA. Madrid, 1979.
Sobrevivir en Manhattan
"Before moving from San Francisco last fall, Ms. Werkheiser realized that paying salon prices for platinum tresses in New York would require cutting back on needs like food and shelter. “So I went natural,” said Ms. Werkheiser. “I dyed it dark, a New York brunette.”
She and her friends have also located just about every B.Y.O.B. brunch spot in the city, plotting them out on Google maps. The cost-consciousness, Ms. Werkheiser says, is worth it: She adores New York and lives, with two roommates, in a $3,450-a-month three-bedroom apartment on the Lower East Side, verily the center of the universe for Manhattan’s young and hip.
Drinking and eating carry their own complications. Especially if you are, say, Noah Driscoll, a 25-year-old project manager for a Chelsea marketing company whose salary is comparable to what a rookie teacher might make.
“For a little while I only ate grapefruits for my lunch,” said Mr. Driscoll, who pays $400 a month on his college loans, “because they have a lot of nutrients and they got me through the day.”
Un interesante ejercicio de sociología de la pobreza voluntaria realizado por el NYT.
sábado, mayo 24, 2008
La reforma petrolera llega tarde: estamos peleando por las últimas gotas
Robert Hirsch, senior advisor for Science Applications International Corporation, sat down with MSNBC’s Alex Witt to discuss the possibility of an upcoming oil crisis. Hirsch says that gas could reach $15/gallon within a few years because it is “essentially certain” the world has reached the maximum levels of oil production.
“The problem is that there’s not that much oil left in the ground,” Hirsch says. “What we’ve done is been very fortunate to have oil production increase as our economies have developed over the past decades. And now we’re reaching a point where we’re about to get, or we may be, at the maximum world oil production. After that, oil production will then decline and prices, of course, will continue to do what they’ve been doing recently. So what we’ve got today may be the ‘good old days.’”
Hirsch addressed the timeframe in which the US could see $15/gallon gas: “It could happen within a matter of months. It could happen within a matter of a few years. But it’s essentially certain that we are at the maximum of world oil production. And after that, we’ll go into decline, and when there’s much less oil available, then, of course, the price of oil is going to increase dramatically.”
Fuels, heating oil, and consumer products that rely on petroleum will all be impacted by the decline in world oil production. Hirsch estimates the world GDP declining at the same rate as oil production.
¿Clinton sugiere asesinato de Obama?
Esta noticia me recordó otra, recientemente publicada en Inglaterra: cuervos que se juntan y pican a becerros hasta la muerte, para luego devorarlos. A estas tetricas aves ya no les gusta la carroña y los insectos, ahora matan becerros... Copio del Daily Mail:
'High in the darkening sky, a flock of enormous ravens swoop and swirl - narrow black wings stretched wide, heads protruding forward and huge hairy beaks scything through the air.
Every few minutes they let out deep, throaty, honking calls as they soar effortlessly, circling around until, finally, they spot their prey and swoop.
But forget dormice, voles or even small furry rabbits; these sinister looking birds are feasting on something far larger - newborn lambs.
And instead of hanging around for a few discarded bones or a forgotten carcass to pick and claw at, they've started killing live farm animals - by pecking them to death, in horrific scenes reminiscent of Daphne du Maurier's The Birds, turned by Alfred Hitchcock into one of the most chilling movies of all time.
Throughout Britain, traumatised farmers have reported a sudden and disturbing rise in the number of livestock being attacked by ravens.
viernes, mayo 23, 2008
Cambio climático...¿en Júpiter?
También se ha reportado que el hielo del polo sur de Marte está despareciendo, y muy rapidamente. Hasta National Geographic se pregunta si esta evidencia no prueba más bien que el cambio climático en la Tierra se deba más al sol, que a la actividad humana.
De hecho parece que todo el sistema solar se encuentra envuelto en un período de "cambio climático", incluído el mismo sol.
Hoy la NASA presentó en su foto del día esta asombrosa imagen de Júpiter, el mayor planeta del sistema, y muestra algo que evidencia que algo raro está sucediendo, y no sólo en la Tierra. Antes conocíamos el gran ojo de Júpiter, esa gran tormenta que da vueltas en su atmósfera. En el 2006 apareció otra, y parece que este año surgió otra. La NASA afirma que ésto se debe a que la atmósfera joviana se han calentado en el ecuador del planeta. Copio:
"For about 300 years Jupiter's banded atmosphere has shown a remarkable feature to telescopic viewers, a large swirling storm system known as The Great Red Spot. In 2006, another red storm system appeared, actually seen to form as smaller whitish oval-shaped storms merged and then developed the curious reddish hue. Now, Jupiter has a third red spot, again produced from a smaller whitish storm. All three are seen in this image made from data recorded on May 9 and 10 with the Hubble Space Telescope's Wide Field and Planetary Camera 2. The spots extend above the surrounding clouds and their red color may be due to deeper material dredged up by the storms and exposed to ultraviolet light, but the exact chemical process is still unknown. For scale, the Great Red Spot has almost twice the diameter of planet Earth, making both new spots less than one Earth-diameter across. The newest red spot is on the far left (west), along the same band of clouds as the Great Red Spot and is drifting toward it. If the motion continues, the new spot will encounter the much larger storm system in August. Jupiter's recent outbreak of red spots is likely related to large scale climate change as the gas giant planet is getting warmer near the equator."
La pregunta es: ¿qué está provocando este calentamiento en todo el sistema solar? ¿Es el sol, o algo externo al sistema? Seguramente la NASA debe estar trabajando en ello...
Cuando el aborto era ilegal...
La ciencia responde sobre el aborto
Afortunadamente hay personas serenas que han estudiado el asunto desde la medicina, y nos dan luz. Una de ellas es el doctor Ricardo Tapia, neurofísico de prestigio, profesor emérito de la UNAM. La Suprema Corte le pidió su opinión, y la revista Nexos la difunde. Copio:
Respuestas de la ciencia a las preguntas de la Corte
El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Salvador Aguirre, es el ponente del análisis de la constitucionalidad de la ley que, en el Distrito Federal, despenaliza el aborto hasta las 12 semanas. Con el fin de hacerse de elementos de juicio, el ministro Aguirre envió un cuestionario a distintos especialistas en salud. Ofrecemos las respuestas que textualmente dio Ricardo Tapia, neurofísico mexicano de prestigio internacional y maestro emérito por la UNAM.
1. ¿Qué características exteriores tiene un feto humano de 12 semanas?
El feto humano de 12 semanas ha desarrollado ya las extremidades, pero aún no se ha completado la formación de ellas. Ya está formada también la cabeza, pero no se ha establecido su forma final ni se han diferenciado completamente las partes de la cara, ni los oídos ni los ojos.
2. ¿Qué órganos internos tiene el feto humano de 12 semanas?
Internamente se han empezado ya a formar el esqueleto óseo y existe el primordio de la columna vertebral en cuyo interior se desarrolla la médula espinal. No se han desarrollado los nervios periféricos ni los receptores sensoriales que varias semanas después responderán a estímulos externos para transmitir la información a la médula espinal y de ésta al cerebro.
El encéfalo está formado a las 12 semanas por grupos celulares incluyendo neuronas bipolares y se ha empezado a formar la placa subcortical de la cual semanas posteriores se formará la corteza cerebral. No han aparecido todavía las células gliales que serán, entre otras funciones, el soporte para la migración de neuronas hacia las distintas capas de la corteza cerebral y de otras regiones del interior del cerebro.
3. ¿Cuándo se alcanza la emotividad “superior”: bochorno, vergüenza, culpa, simpatía?
Estas funciones requieren un desarrollo muy completo de la corteza cerebral y de las conexiones entre las neuronas que la constituyen, así como de las conexiones que llegan a la corteza cerebral desde otras áreas del cerebro y también se requieren los axones de las neuronas corticales hacia otras regiones cerebrales, como el hipocampo y el cuerpo estriado. Por consiguiente, estas funciones superiores se alcanzan meses después del nacimiento. En un feto de 12 semanas, conforme lo descrito en la respuesta a la pregunta anterior, no existe la menor posibilidad de tener funciones de este tipo puesto que no existen ni las estructuras neuronales necesarias, ni las conexiones entre ellas, indispensables para la integración de la información neuroquímica y neurofisiológica de la que dependen dichas funciones superiores.
4. ¿Qué funciones realiza un feto humano de 12 semanas?
A las 12 semanas difícilmente puede hablarse de funciones de un feto humano, ya que depende absolutamente del aporte nutricional de la madre para que pueda continuar su desarrollo. Desde luego no es autónomo en ningún sentido.
5. ¿Qué diferencias fundamentales existen en un feto humano de 13 semanas respecto al de 12 semanas?
El proceso de desarrollo de un feto humano, iniciado a partir de la fecundación de un óvulo por un espermatozoide, es gradual y continuo de modo que como en prácticamente todos los procesos biológicos, incluyendo la ontogenia y la evolución de las especies, no es posible señalar diferencias específicas que ocurran en un momento determinado. Así, no se puede describir un solo paso o progreso cualitativamente diferente entre un feto de 12 semanas. En cuanto al desarrollo del sistema nervioso, e insisto en ello porque, como se señalará después, esto es lo que diferencia al hombre de otros primates no humanos, no ha cambiado significativamente, excepto en que han aparecido más neuronas en la placa cortical que dará origen a la corteza cerebral. En resumen, no hay diferencias fundamentales entre un feto de 12 semanas y uno de 13 semanas.
6. La segmentación del cigoto que lo transforman en blástula, ¿es autónoma?
Ver respuesta 7.
7. ¿Existen genes específicos de la especie humana en el cigoto?
El cigoto humano es el resultado de la complementación entre los genes del espermatozoide y los del óvulo, por lo que el cigoto tiene todos los genes de la especie humana. Este hecho determina que, si el cigoto está en las condiciones externas apropiadas que proporciona el medio ambiente de la trompa en donde se realiza la fecundación, o bien en las condiciones del medio de cultivo cuando la fecundación se realiza por las técnicas de fecundación in vitro, pueda iniciarse la segmentación para convertirse en mórula, blástula y blastocisto. Si estas condiciones no se dan, el cigoto no inicia su segmentación, por lo cual no puede decirse que dicha segmentación sea autónoma. Una prueba de esto es que se pueden conservar los cigotos congelados durante muchos meses sin que ocurra la segmentación, como es el caso en las técnicas de reproducción asistida por fertilización in vitro. Estos cigotos congelados no pierden su viabilidad, pero no inician su segmentación autónomamente por no estar en las condiciones apropiadas.
Es importante señalar que los genes de la especie humana (el genoma humano) están presentes también en todas las células del organismo humano, inclusive ya adulto y que debido a esto las células adultas somáticas de tejidos diferenciados pueden desdiferenciarse y dar lugar a un organismo completo, como se demostró desde la clonación reproductiva de mamíferos que se inicio con la oveja Dolly hace 10 años. Por esta razón, el hecho de que el cigoto tenga el genoma humano completo no es un argumento para considerarlo como ser humano o persona, ya que entonces habría que considerar ser humano a cada una de las células de un humano adulto y por consiguiente la extirpación de un órgano sería equivalente a un asesinato de miles de seres humanos y un transplante de corazón y de riñón o de cualquier otro órgano implicaría la creación de monstruosas quimeras.
8. ¿Los blastómeros de una, dos, cuatro u ocho células pueden responder a inductores de neurulación?
No hay blastómeros de una célula. Una célula es un cigoto como resultado de la fecundación del óvulo por el espermatozoide. Como ya se señaló, se requieren factores externos para que se inicie la segmentación. Se conocen ya varios factores inductores de la neurulación. Sin embargo, estos factores actúan muy posteriormente, después de que se ha formado el tubo neural embrionario.
9. La segmentación asimétrica y asincrónica del cigoto ¿es señal de autonomía?
Ya fue contestada en las preguntas anteriores.
10. ¿La metilación diferencial de CPG es autónoma?
No sé a qué se refiere esta pregunta con CPG. Si la “metilación diferencial” se refiere a la incorporación de grupos metilo a la adenina o a otras bases nitrogenadas que constituyen los nucleótidos, que a su vez forman la cadena polinucleotídica que constituye el ADN, la respuesta es que se requiere que previamente se hayan sintetizado las enzimas que catalizan dicha metilacion.
11. ¿La inestabilidad epigenética de las primeras segmentaciones del cigoto son autónomas?
Esta pregunta también es confusa, ya que precisamente el hecho de que se requieran factores epigenéticos para que el cigoto se divida y continué su desarrollo hace imposible que haya autonomía.
12. ¿Qué función tiene el “organizador” descrito por Spermann en 1924?
No conozco ese “organizador” descrito en 1924. Lo que sí conozco, como ya mencioné, son los múltiples factores de crecimiento y proteínas inductoras que se han descrito, purificado y clonado, a partir de las técnicas de biología molecular surgidas en las últimas tres décadas del siglo pasado. Estos inductores determinan el crecimiento direccionado de estructuras celulares para constituir los órganos. Esto es particularmente importante en el caso del sistema nervioso ya que las prolongaciones (axones y dendritas) deben crecer en ocasiones muchos centímetros para alcanzar las otras neuronas o los músculos y establecer las conexiones funcionales (sinopsis).
13. ¿Ocurre inducción de neurulación en la fase de blástula?
Ya se contestó.
14. ¿La existencia de linfocitos en la octava y media semanas implica capacidad de discernimiento entre propio y extraño?
Tendría que hablarse de discriminación entre proteínas propias y extrañas. Hasta donde yo sé, a la octava y media semanas no hay respuesta inmunológica.
15. ¿La inactivación de la doble dosis de X es autónoma?
No sé en qué etapa ocurre tal inactivación.
16. ¿La producción de receptores de la inmunidad innata en etapa embrionaria expresa capacidad respuesta antimicrobiana?
Ver respuesta 17.
17. ¿La producción de componentes del sistema inmunológico en la etapa embrionaria es una señal de competencia inmunológica?
No sé en qué etapa embrionaria se desarrolla el sistema inmunológico. Hasta donde yo sé, son los anticuerpos producidos por la madre los que protegen contra infecciones al producto, inclusive en las primeras semanas después del nacimiento.
18. ¿Cómo es la estructura de la corteza cerebral a las 12 semanas?
Ver respuesta 19.
19. ¿Cómo es la estructura de la corteza cerebral a las 13, a las 16 y a las 21 semanas?
Como ya se mencionó en la pregunta 3, a las 12 semanas no hay corteza cerebral sino que apenas existe la llamada placa cortical en donde ya hay algunas neuronas. Entre las semanas 13 y 17 aparecen más grupos neuronales y se empiezan a establecer las conexiones sinápticas, entre ellas, en un proceso continuo y gradual, hasta que a las 21 semanas la corteza cerebral tiene ya tres o cuatro milímetros de grueso. Sin embargo, a esta edad intrauterina no se han diferenciado las distintas capas neuronales intrínsecas a la corteza cerebral, ni tampoco las columnas neuronales que determinan la integración de la función cortical. Tampoco se han terminado de establecer las conexiones sinápticas con los axones que provienen del tálamo y de otras regiones del interior del cerebro. Esto ocurre de manera similar en todas las áreas de la corteza cerebral: corteza frontal, corteza visual, corteza auditiva y corteza sematosensorial. En todas estas áreas la información de las capas neurales se termina de formar entre las semanas 22 y 26. Debido a esta inmadurez estructural y funcional no es posible detectar respuestas eléctricas a estimulaciones, ni actividades electroencefalográficas, sino hasta la semana 30.
20. ¿A qué edad gestacional un feto humano alcanza autonomía fisiológica?
Su autonomía fisiológica quiere decir sobrevivencia fuera del útero materno y por lo tanto haber adquirido la función respiratoria, esto ocurre aproximadamente a la semana 24 de la gestación. Sin embargo, esta viabilidad depende de la aplicación de cuidados intensivos que no existían hace algunos decenios. Esto quiere decir que quizá en los adelantos técnicos de cuidados del producto de partos prematuros se podrá lograr que sobrevivan fetos aún más jóvenes, aunque es difícil predecir cuál será el límite mínimo de edad gestacional que permita la vida extrauterina.
21. ¿La experiencia de dolor es una sine qua non del ser humano?
Si la pregunta se refiere a que mientras no sea posible la experiencia de dolor no se es ser humano, la respuesta es probablemente no, ya que los mamíferos y muchos otros animales ciertamente sienten dolor y no son humanos. Sin embargo pueden sentir dolor, ciertamente se requiere de la maduración de las estructuras nerviosas que conducen el impulso nervioso hasta los grupos neuronales del interior del cerebro, especialmente el tálamo y del tálamo a la corteza cerebral para poder tener la experiencia de dolor. Es importante señalar que, en este sentido, tal maduración no ocurre antes de las semanas 26-28 de la gestación, e inclusive algunos estudios en donde se ha registrado la actividad eléctrica de la corteza cerebral como respuesta a la estimulación sugieren que es hasta la semana 30 cuando se puede sentir dolor.
22. ¿A qué edad un lactante alcanza la autonomía nutritiva?
Esta pregunta es un tanto ambigua, pues habría que explicar qué se entiende por autonomía nutricional. Si esto significa que puede nutrirse sin el pecho materno, obviamente la autonomía existe desde el nacimiento ya que puede ser alimentado con biberón.
23. ¿A qué edad gestacional o extrauterina tiene la corteza cerebral la estructura de un adulto joven?
La respuesta a esta pregunta es una continuación de las preguntas 18 y 19. Una vez más, es importante señalar que en la biología es difícil hablar de momentos específicos para cualquier proceso en desarrollo. Con esta salvedad puede decirse que la maduración completa de la corteza cerebral no se alcanza sino hasta varios años después del nacimiento.
24. ¿Cuándo se inicia la sinapstogénesis de las neuronas corticales del cerebro?
Ver respuesta 25.
25. ¿Cuándo se establecen las sinapsis entre las neuronas corticales del cerebro y la de los núcleos basales?
Las respuestas a estas dos preguntas 24 y 25 ya se dieron en las preguntas 3, 18, 19 y 21. Quiero insistir en que mientras no se hayan establecido los circuitos neuronales, con todas sus conexiones sinápticas, tanto en el interior mismo de la corteza cerebral como entre la corteza y las demás estructuras del interior del cerebro, como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo, el cuerpo estriado y la amígdala cerebral, así como las conexiones entre los dos hemisferios cerebrales mediante el cuerpo calloso, es difícil aceptar que exista dolor, conciencia, sufrimiento, gozo, pensamiento o cualquiera de las funciones mentales que diferencian al hombre de otras especies de mamíferos. Como ya se señaló, esto no parece ocurrir antes de la semana 30 de gestación.
En relación con lo anterior, es importante destacar que el genoma humano y el de algunos roedores como el ratón es similar en aproximadamente el 60% y que el genoma humano tiene una similitud del 99% con el genoma del chimpancé. Trabajos recientemente publicados han encontrado que es precisamente ese 1% de diferencias entre el genoma de estas dos especies donde radica la capacidad de desarrollo funcional de la corteza cerebral. Me parece que este es un dato importante para insistir que es inapropiado hablar de que ya existe un ser humano o una persona antes de que se hayan alcanzado las estructuras y las conexiones sinápticas que se han descrito en las preguntas anteriores, es decir, hasta las semanas 26 a 30 de la gestación.
26. ¿Cuándo empieza y cuándo termina la mielinización?
La mielina está formada por un tipo de células gliales llamadas oligodendrocitos. Estas células, al igual que las otras células gliales llamadas astrocitos, se desarrollan tardíamente en la vida intrauterina. La mielinización de los nervios periféricos no se completa sino hasta muchos meses después del nacimiento, lo cual es una de las razones por la que la actividad motora, caminar por ejemplo, no se puede realizar antes del primer año de vida postnatal, mientras que en otros mamíferos, como el caballo, la actividad motora se inicia prácticamente al momento del nacimiento.
27. ¿Un análgico congénito es humano?
Si análgico quiere decir que no se puede percibir el dolor, tendríamos que hablar de un daño congénito muy amplio y muy severo, lo cual implicaría muchos otros problemas funcionales. Un ejemplo extremo sería la anecefalia, que determina la muerte intrauterina o inmediatamente después del nacimiento. En mi opinión estos productos no pueden ser considerados seres humanos.
28. Ante el reajuste masivo de neuronas y sinapsis en la corteza cerebral meses antes y después del nacimiento, ¿cuál es la condición del recién nacido?
Un recién nacido es un ser humano que ya posee la madurez fisiológica para sobrevivir fuera del útero materno y que requiere ser alimentado y protegido del medio ambiente hostil, dada su inmadurez psicomotora.
29. ¿Un leproso tuberculoide avanzado con anestesia en miembro es humano?
Ver respuesta 31.
30. Un anélico incapaz de alimentarse por sí o un amputado de pies y manos son humanos?
Ver respuesta 31.
31. ¿Un paralítico cerebral sin autonomía alimentaria es humano?
Las preguntas 29 a 31 se refieren a lo mismo, ¿alguien que ha perdido capacidades o habilidades físicas o mentales (aquí yo podría incluir a los enfermos de Alzheimer) deja de ser humano porque ha perdido una o varias de las funciones que caracterizan a los humanos? Respondo de la siguiente manera: por supuesto que estos enfermos siguen siendo seres humanos, siguen siendo personas, sólo que son personas dañadas por la enfermedad o accidente causante. En cambio, un cigoto, un blastocisto, un embrión de 12 semanas o aun un feto de 20 semanas nunca fueron personas por no haber alcanzado el desarrollo y la función del sistema nervioso central y particularmente de la corteza cerebral, características del ser humano.
32. ¿La percepción del miembro fantasma en un amputado se tiene en un lactante o preescolar de dos años?
No sé.
33. ¿Hasta qué edad es posible suprimir conscientemente o subconscientemente el dolor?
Que yo sepa, no es posible suprimir el dolor consciente o subconsciente.
34. ¿Cómo podría definirse o describirse la conciencia?
Esta es una pregunta que requiere un largo ensayo para contestarse y además cada respuesta sería diferente. En términos generales podríamos decir que la conciencia es la capacidad de percibir sensaciones tanto del medio externo como interno y una vez que se alcanza el desarrollo necesario del sistema nervioso central, la capacidad de tener autoconciencia, es decir, conciencia del yo.
35. ¿Un recién nacido humano tiene conciencia?
Ver respuesta 36.
36. ¿Un lactante de 10 meses tiene conciencia?
Como respuesta a la 35 y 36, en ambos casos hay conciencia desde el punto de vista de las percepciones (respuesta 34).
37. ¿Un autista es humano?
Por supuesto que es humano, un humano enfermo. Ya empezamos a conocer las alteraciones sinápticas que explican su condición de autista.
38. ¿Es posible fijar la edad en que se tiene o se adquiere la condición de ser humano?
Como ya he explicado, en biología es muy difícil hablar de términos temporales precisos.
39. ¿Cuál o cuáles son las razones técnico-científicas para despenalizar el aborto durante las primeras 12 semanas de gestación?
Por las razones expuestas en mis respuestas anteriores, desde el punto de vista técnico-científico me parece que no hay ninguna razón para no despenalizar el aborto durante las primeras 12 semanas. Además, hasta las 12 semanas la ejecución del aborto no representa problemas técnicos serios. Inclusive si se realiza en las primeras seis a ocho semanas existen métodos farmacológicos para producirlo, sin ningún riesgo para la salud o vida de la mujer.
40. ¿Cuál o cuáles son las razones técnico-científicas para despenalizar el aborto a 16 y 20 semanas en los países que despenalizan el aborto a esas edades?
Lo mismo que la anterior, sólo puntualizar que simplemente es más complicado la realización del aborto después de las 12 semanas desde el punto de vista técnico.
jueves, mayo 22, 2008
Los gays tienen sus sociedades de convivencia o pasen a la parte de trás del autobús porfavor
Ayer estuvo el senador John Mc Cain, el candidato repúblicano a la Casa Blanca, como invitado en el programa de Ellen Degeneres, gran cómica y la primera gran estrella del entretenimiento estadounidense en salir voluntariamente del clóset en la portada de Time, el 14 de abril de 1997.
Y vaya, en un corto pero poderoso y elegante diálogo Ellen puso en su lugar el senador de 72 años. Ella primero expuso que planea casarse con su pareja, y que entiende porque algunos desean que el matrimonio civil no sea disponible para parejas del mismo sexo y que mejor usen otras uniones legales más light, y usó entonces como metafora la idea de sentarse en diferentes asientos, claramente refiriéndose al autobús donde un conductor blanco pidió en 1955 a una mujer negra, llamada Rosa Parks, que se parara para que dejara lugar a otra persona blanca, ella no le obedeció, desatando con ese acto de desobediencia civil el movimiento moderno por los derechos civiles. Regía entonces la vieja premisa de "iguales pero separados" usada en Estados Unidos en tiempos de la segregación racial, donde hasta los negros tomaban agua de bebederos distintos a los de los blancos.
El senador, sin entrar en mayor argumentación con Ellen, dijo solamente que la forma en que ella se había expresado era articulada y elocuente, pero que que tenían un desacuerdo, pero que le deseaba mucha felicidad (refieriéndose a su futuro matrimonio).
A lo que ella con su ingenio característico contestó: "Gracias. Entonces eso significa que me llevará por el pasillo. ¿Eso fue lo que dijo?"
Sociedades de convivencia, uniones civiles, como asientos segregados para ciudadanos y ciudadanas de segunda, mientras los heterosexuales ocupan los asientos de primera clase...
¡¡¡qué poderosa imagen, y qué útil!!!
(vía Andrew Sullivan)
Primera turbina de un megawatt movida por olas
The power of the ocean without the smell of the sea
Marine Current Turbines Ltd, the global leader in tidal stream technology, has successfully completed the installation of its 1.2MW SeaGen tidal energy system in Strangford Narrows in Northern Ireland. There will now be a 12-week period of commissioning and testing before it starts regularly feeding power into the Northern Ireland grid.
Bioética: ¿por la "dignidad humana" o la "autonomía de la persona"? ¿Y quién lo decide?
Conservative bioethics' latest, most dangerous ploy.
Steven Pinker, The New Republic Published: Wednesday, May 28, 2008
This spring, the President's Council on Bioethics released a 555-page report, titled Human Dignity and Bioethics. The Council, created in 2001 by George W. Bush, is a panel of scholars charged with advising the president and exploring policy issues related to the ethics of biomedical innovation, including drugs that would enhance cognition, genetic manipulation of animals or humans, therapies that could extend the lifespan, and embryonic stem cells and so-called "therapeutic cloning" that could furnish replacements for diseased tissue and organs. Advances like these, if translated into freely undertaken treatments, could make millions of people better off and no one worse off. So what's not to like? The advances do not raise the traditional concerns of bioethics, which focuses on potential harm and coercion of patients or research subjects. What, then, are the ethical concerns that call for a presidential council?
Many people are vaguely disquieted by developments (real or imagined) that could alter minds and bodies in novel ways. Romantics and Greens tend to idealize the natural and demonize technology. Traditionalists and conservatives by temperament distrust radical change. Egalitarians worry about an arms race in enhancement techniques. And anyone is likely to have a "yuck" response when contemplating unprecedented manipulations of our biology. The President's Council has become a forum for the airing of this disquiet, and the concept of "dignity" a rubric for expounding on it. This collection of essays is the culmination of a long effort by the Council to place dignity at the center of bioethics. The general feeling is that, even if a new technology would improve life and health and decrease suffering and waste, it might have to be rejected, or even outlawed, if it affronted human dignity.
Whatever that is. The problem is that "dignity" is a squishy, subjective notion, hardly up to the heavyweight moral demands assigned to it. The bioethicist Ruth Macklin, who had been fed up with loose talk about dignity intended to squelch research and therapy, threw down the gauntlet in a 2003 editorial, "Dignity Is a Useless Concept." Macklin argued that bioethics has done just fine with the principle of personal autonomy--the idea that, because all humans have the same minimum capacity to suffer, prosper, reason, and choose, no human has the right to impinge on the life, body, or freedom of another. This is why informed consent serves as the bedrock of ethical research and practice, and it clearly rules out the kinds of abuses that led to the birth of bioethics in the first place, such as Mengele's sadistic pseudoexperiments in Nazi Germany and the withholding of treatment to indigent black patients in the infamous Tuskegee syphilis study. Once you recognize the principle of autonomy, Macklin argued, "dignity" adds nothing.
Goaded by Macklin's essay, the Council acknowledged the need to put dignity on a firmer conceptual foundation. This volume of 28 essays and commentaries by Council members and invited contributors is their deliverable, addressed directly to President Bush. The report does not, the editors admit, settle the question of what dignity is or how it should guide our policies. It does, however, reveal a great deal about the approach to bioethics represented by the Council. And what it reveals should alarm anyone concerned with American biomedicine and its promise to improve human welfare. For this government-sponsored bioethics does not want medical practice to maximize health and flourishing; it considers that quest to be a bad thing, not a good thing.
To understand the source of this topsy-turvy value system, one has to look more deeply at the currents that underlie the Council. Although the Dignity report presents itself as a scholarly deliberation of universal moral concerns, it springs from a movement to impose a radical political agenda, fed by fervent religious impulses, onto American biomedicine.
The report's oddness begins with its list of contributors. Two (Adam Schulman and Daniel Davis) are Council staffers, and wrote superb introductory pieces. Of the remaining 21, four (Leon R. Kass, David Gelernter, Robert George, and Robert Kraynak) are vociferous advocates of a central role for religion in morality and public life, and another eleven work for Christian institutions (all but two of the institutions Catholic). Of course, institutional affiliation does not entail partiality, but, with three-quarters of the invited contributors having religious entanglements, one gets a sense that the fix is in. A deeper look confirms it.
Conspicuous by their absence are several fields of expertise that one might have thought would have something to offer any discussion of dignity and biomedicine. None of the contributors is a life scientist--or a psychologist, an anthropologist, a sociologist, or a historian. According to one of the introductory chapters, the Council takes a "critical view of contemporary academic bioethics and of the way bioethical questions are debated in the public square"--so critical, it seems, that Macklin (the villain of almost every piece) was not invited to expand on her argument, nor were mainstream bioethicists (who tend to be sympathetic to Macklin's viewpoint) given an opportunity to defend it.
Despite these exclusions, the volume finds room for seven essays that align their arguments with Judeo-Christian doctrine. We read passages that assume the divine authorship of the Bible, that accept the literal truth of the miracles narrated in Genesis (such as the notion that the biblical patriarchs lived up to 900 years), that claim that divine revelation is a source of truth, that argue for the existence of an immaterial soul separate from the physiology of the brain, and that assert that the Old Testament is the only grounds for morality (for example, the article by Kass claims that respect for human life is rooted in Genesis 9:6, in which God instructs the survivors of his Flood in the code of vendetta: "Whoso sheddeth man's blood, by man shall his blood be shed, for in the image of God was man made").
The Judeo-Christian--in some cases, explicitly biblical--arguments found in essay after essay in this volume are quite extraordinary. Yet, aside from two paragraphs in a commentary by Daniel Dennett, the volume contains no critical examination of any of its religious claims.
How did the United States, the world's scientific powerhouse, reach a point at which it grapples with the ethical challenges of twenty-first-century biomedicine using Bible stories, Catholic doctrine, and woolly rabbinical allegory? Part of the answer lies with the outsize influence of Kass, the Council's founding director (and an occasional contributor to TNR), who came to prominence in the 1970s with his moralistic condemnation of in vitro fertilization, then popularly known as "test-tube babies." As soon as the procedure became feasible, the country swiftly left Kass behind, and, for most people today, it is an ethical no-brainer. That did not stop Kass from subsequently assailing a broad swath of other medical practices as ethically troubling, including organ transplants, autopsies, contraception, antidepressants, even the dissection of cadavers.
Kass frequently makes his case using appeals to "human dignity" (and related expressions like "fundamental aspects of human existence" and "the central core of our humanity"). In an essay with the revealing title "L'Chaim and Its Limits, " Kass voiced his frustration that the rabbis he spoke with just couldn't see what was so terrible about technologies that would extend life, health, and fertility. "The desire to prolong youthfulness," he wrote in reply, is "an expression of a childish and narcissistic wish incompatible with devotion to posterity." The years that would be added to other people's lives, he judged, were not worth living: "Would professional tennis players really enjoy playing 25 percent more games of tennis?" And, as empirical evidence that "mortality makes life matter," he notes that the Greek gods lived "shallow and frivolous lives"--an example of his disconcerting habit of treating fiction as fact. (Kass cites Brave New World five times in his Dignity essay.)
Kass has a problem not just with longevity and health but with the modern conception of freedom. There is a "mortal danger," he writes, in the notion "that a person has a right over his body, a right that allows him to do whatever he wants to do with it." He is troubled by cosmetic surgery, by gender reassignment, and by women who postpone motherhood or choose to remain single in their twenties. Sometimes his fixation on dignity takes him right off the deep end:
Worst of all from this point of view are those more uncivilized forms of eating, like licking an ice cream cone--a catlike activity that has been made acceptable in informal America but that still offends those who know eating in public is offensive. ... Eating on the street--even when undertaken, say, because one is between appointments and has no other time to eat--displays [a] lack of self-control: It beckons enslavement to the belly. ... Lacking utensils for cutting and lifting to mouth, he will often be seen using his teeth for tearing off chewable portions, just like any animal. ... This doglike feeding, if one must engage in it, ought to be kept from public view, where, even if we feel no shame, others are compelled to witness our shameful behavior.
And, in 2001, this man, whose pro-death, anti-freedom views put him well outside the American mainstream, became the President's adviser on bioethics--a position from which he convinced the president to outlaw federally funded research that used new stem-cell lines. In his speech announcing the stem-cell policy, Bush invited Kass to form the Council. Kass packed it with conservative scholars and pundits, advocates of religious (particularly Catholic) principles in the public sphere, and writers with a paper trail of skittishness toward biomedical advances, together with a smattering of scientists (mostly with a reputation for being religious or politically conservative). After several members opposed Kass on embryonic stem-cell research, on therapeutic cloning (which Kass was in favor of criminalizing), and on the distortions of science that kept finding their way into Council reports, Kass fired two of them (biologist Elizabeth Blackburn and philosopher William May) and replaced them with Christian-affiliated scholars.
Though Kass has jawboned his version of bioethics into governmental deliberation and policy, it is not just a personal obsession of his but part of a larger movement, one that is increasingly associated with Catholic institutions. (In 2005, Kass relinquished the Council chairmanship to Edmund Pellegrino, an 85-year-old medical ethicist and former president of the Catholic University of America.) Everyone knows about the Bush administration's alliance with evangelical Protestantism. But the pervasive Catholic flavoring of the Council, particularly its Dignity report, is at first glance puzzling. In fact, it is part of a powerful but little-known development in American politics, recently documented by Damon Linker in his book The Theocons.
For two decades, a group of intellectual activists, many of whom had jumped from the radical left to the radical right, has urged that we rethink the Enlightenment roots of the American social order. The recognition of a right to life, liberty, and the pursuit of happiness and the mandate of government to secure these rights are too tepid, they argue, for a morally worthy society. This impoverished vision has only led to anomie, hedonism, and rampant immoral behavior such as illegitimacy, pornography, and abortion. Society should aim higher than this bare-bones individualism and promote conformity to more rigorous moral standards, ones that could be applied to our behavior by an authority larger than ourselves.
Since episodes of divine revelation seem to have decreased in recent millennia, the problem becomes who will formulate and interpret these standards. Most of today's denominations are not up to the task: Evangelical Protestantism is too anti-intellectual, and mainstream Protestantism and Judaism too humanistic. The Catholic Church, with its long tradition of scholarship and its rock-solid moral precepts, became the natural home for this movement, and the journal First Things, under the leadership of Father Richard John Neuhaus, its mouthpiece. Catholicism now provides the intellectual muscle behind a movement that embraces socially conservative Jewish and Protestant intellectuals as well. When Neuhaus met with Bush in 1998 as he was planning his run for the presidency, they immediately hit it off.
Three of the original Council members (including Kass) are board members of First Things, and Neuhaus himself contributed an essay to the Dignity volume. In addition, five other members have contributed articles to First Things over the years. The concept of dignity is natural ground on which to build an obstructionist bioethics. An alleged breach of dignity provides a way for third parties to pass judgment on actions that are knowingly and willingly chosen by the affected individuals. It thus offers a moralistic justification for expanded government regulation of science, medicine, and private life. And the Church's franchise to guide people in the most profound events of their lives--birth, death, and reproduction--is in danger of being undermined when biomedicine scrambles the rules. It's not surprising, then, that "dignity" is a recurring theme in Catholic doctrine: The word appears more than 100 times in the 1997 edition of the Catechism and is a leitmotif in the Vatican's recent pronouncements on biomedicine.
To be fair, most of the chapters in the Dignity volume don't appeal directly to Catholic doctrine, and of course the validity of an argument cannot be judged from the motives or affiliations of its champions. Judged solely on the merits of their arguments, how well do the essayists clarify the concept of dignity?
By their own admission, not very well. Almost every essayist concedes that the concept remains slippery and ambiguous. In fact, it spawns outright contradictions at every turn. We read that slavery and degradation are morally wrong because they take someone's dignity away. But we also read that nothing you can do to a person, including enslaving or degrading him, can take his dignity away. We read that dignity reflects excellence, striving, and conscience, so that only some people achieve it by dint of effort and character. We also read that everyone, no matter how lazy, evil, or mentally impaired, has dignity in full measure. Several essayists play the genocide card and claim that the horrors of the twentieth century are what you get when you fail to hold dignity sacrosanct. But one hardly needs the notion of "dignity" to say why it's wrong to gas six million Jews or to send Russian dissidents to the gulag.
So, despite the best efforts of the contributors, the concept of dignity remains a mess. The reason, I think, is that dignity has three features that undermine any possibility of using it as a foundation for bioethics.
First, dignity is relative. One doesn't have to be a scientific or moral relativist to notice that ascriptions of dignity vary radically with the time, place, and beholder. In olden days, a glimpse of stocking was looked on as something shocking. We chuckle at the photographs of Victorians in starched collars and wool suits hiking in the woods on a sweltering day, or at the Brahmins and patriarchs of countless societies who consider it beneath their dignity to pick up a dish or play with a child. Thorstein Veblen wrote of a French king who considered it beneath his dignity to move his throne back from the fireplace, and one night roasted to death when his attendant failed to show up. Kass finds other people licking an ice-cream cone to be shamefully undignified; I have no problem with it.
Second, dignity is fungible. The Council and Vatican treat dignity as a sacred value, never to be compromised. In fact, every one of us voluntarily and repeatedly relinquishes dignity for other goods in life. Getting out of a small car is undignified. Having sex is undignified. Doffing your belt and spread- eagling to allow a security guard to slide a wand up your crotch is undignified. Most pointedly, modern medicine is a gantlet of indignities. Most readers of this article have undergone a pelvic or rectal examination, and many have had the pleasure of a colonoscopy as well. We repeatedly vote with our feet (and other body parts) that dignity is a trivial value, well worth trading off for life, health, and safety.
Third, dignity can be harmful. In her comments on the Dignity volume, Jean Bethke Elshtain rhetorically asked, "Has anything good ever come from denying or constricting human dignity?" The answer is an emphatic "yes." Every sashed and be-medaled despot reviewing his troops from a lofty platform seeks to command respect through ostentatious displays of dignity. Political and religious repressions are often rationalized as a defense of the dignity of a state, leader, or creed: Just think of the Salman Rushdie fatwa, the Danish cartoon riots, or the British schoolteacher in Sudan who faced flogging and a lynch mob because her class named a teddy bear Mohammed. Indeed, totalitarianism is often the imposition of a leader's conception of dignity on a population, such as the identical uniforms in Maoist China or the burqas of the Taliban.
A free society disempowers the state from enforcing a conception of dignity on its citizens. Democratic governments allow satirists to poke fun at their leaders, institutions, and social mores. And they abjure any mandate to define "some vision of 'the good life'" or the "dignity of using [freedom] well" (two quotes from the Council's volume). The price of freedom is tolerating behavior by others that may be undignified by our own lights. I would be happy if Britney Spears and "American Idol" would go away, but I put up with them in return for not having to worry about being arrested by the ice-cream police. This trade-off is very much in America's DNA and is one of its great contributions to civilization: my country 'tis of thee, sweet land of liberty.
So is dignity a useless concept? Almost. The word does have an identifiable sense, which gives it a claim, though a limited one, on our moral consideration.
Dignity is a phenomenon of human perception. Certain signals from the world trigger an attribution in the mind of a perceiver. Just as converging lines in a drawing are a cue for the perception of depth, and differences in loudness between the two ears cue us to the position of a sound, certain features in another human being trigger ascriptions of worth. These features include signs of composure, cleanliness, maturity, attractiveness, and control of the body. The perception of dignity in turn elicits a response in the perceiver. Just as the smell of baking bread triggers a desire to eat it, and the sight of a baby's face triggers a desire to protect it, the appearance of dignity triggers a desire to esteem and respect the dignified person.
This explains why dignity is morally significant: We should not ignore a phenomenon that causes one person to respect the rights and interests of another. But it also explains why dignity is relative, fungible, and often harmful. Dignity is skin-deep: it's the sizzle, not the steak; the cover, not the book. What ultimately matters is respect for the person, not the perceptual signals that typically trigger it. Indeed, the gap between perception and reality makes us vulnerable to dignity illusions. We may be impressed by signs of dignity without underlying merit, as in the tin-pot dictator, and fail to recognize merit in a person who has been stripped of the signs of dignity, such as a pauper or refugee.
Exactly what aspects of dignity should we respect? For one thing, people generally want to be seen as dignified. Dignity is thus one of the interests of a person, alongside bodily integrity and personal property, that other people are obligated to respect. We don't want anyone to stomp on our toes; we don't want anyone to steal our hubcaps; and we don't want anyone to open the bathroom door when we're sitting on the john. A value on dignity in this precise sense does have an application to biomedicine, namely greater attention to the dignity of patients when it does not compromise their medical treatment. The volume contains fine discussions by Pellegrino and by Rebecca Dresser on the avoidable humiliations that today's patients are often forced to endure (like those hideous hospital smocks that are open at the back). No one could object to valuing dignity in this sense, and that's the point. When the concept of dignity is precisely specified, it becomes a mundane matter of thoughtfulness pushing against callousness and bureaucratic inertia, not a contentious moral conundrum. And, because it amounts to treating people in the way that they wish to be treated, ultimately it's just another application of the principle of autonomy.
There is a second reason to give dignity a measure of cautious respect. Reductions in dignity may harden the perceiver's heart and loosen his inhibitions against mistreating the person. When people are degraded and humiliated, such as Jews in Nazi Germany being forced to wear yellow armbands or dissidents in the Cultural Revolution being forced to wear grotesque haircuts and costumes, onlookers find it easier to despise them. Similarly, when refugees, prisoners, and other pariahs are forced to live in squalor, it can set off a spiral of dehumanization and mistreatment. This was demonstrated in the famous Stanford prison experiment, in which volunteers assigned to be "prisoners" had to wear smocks and leg irons and were referred to by serial numbers instead of names. The volunteers assigned to be "guards" spontaneously began to brutalize them. Note, though, that all these cases involve coercion, so once again they are ruled out by autonomy and respect for persons. So, even when breaches of dignity lead to an identifiable harm, it's ultimately autonomy and respect for persons that gives us the grounds for condemning it.
Could there be cases in which a voluntary relinquishing of dignity leads to callousness in onlookers and harm to third parties--what economists call negative externalities? In theory, yes. Perhaps if people allowed their corpses to be publicly desecrated, it would encourage violence against the bodies of the living. Perhaps the sport of dwarf-tossing encourages people to mistreat all dwarves. Perhaps violent pornography encourages violence against women. But, for such hypotheses to justify restrictive laws, they need empirical support. In one's imagination, anything can lead to anything else: Allowing people to skip church can lead to indolence; letting women drive can lead to sexual licentiousness. In a free society, one cannot empower the government to outlaw any behavior that offends someone just because the offendee can pull a hypothetical future injury out of the air. No doubt Mao, Savonarola, and Cotton Mather could provide plenty of reasons why letting people do what they wanted would lead to the breakdown of society.
The sickness in theocon bioethics goes beyond imposing a Catholic agenda on a secular democracy and using "dignity" to condemn anything that gives someone the creeps. Ever since the cloning of Dolly the sheep a decade ago, the panic sown by conservative bioethicists, amplified by a sensationalist press, has turned the public discussion of bioethics into a miasma of scientific illiteracy. Brave New World, a work of fiction, is treated as inerrant prophesy. Cloning is confused with resurrecting the dead or mass-producing babies. Longevity becomes "immortality," improvement becomes "perfection," the screening for disease genes becomes "designer babies" or even "reshaping the species." The reality is that biomedical research is a Sisyphean struggle to eke small increments in health from a staggeringly complex, entropy-beset human body. It is not, and probably never will be, a runaway train.
A major sin of theocon bioethics is exactly the one that it sees in biomedical research: overweening hubris. In every age, prophets foresee dystopias that never materialize, while failing to anticipate the real revolutions. Had there been a President's Council on Cyberethics in the 1960s, no doubt it would have decried the threat of the Internet, since it would inexorably lead to 1984, or to computers "taking over" like HAL in 2001. Conservative bioethicists presume to soothsay the outcome of the quintessentially unpredictable endeavor called scientific research. And they would stage-manage the kinds of social change that, in a free society, only emerge as hundreds of millions of people weigh the costs and benefits of new developments for themselves, adjusting their mores and dealing with specific harms as they arise, as they did with in vitro fertilization and the Internet.
Worst of all, theocon bioethics flaunts a callousness toward the billions of non-geriatric people, born and unborn, whose lives or health could be saved by biomedical advances. Even if progress were delayed a mere decade by moratoria, red tape, and funding taboos (to say nothing of the threat of criminal prosecution), millions of people with degenerative diseases and failing organs would needlessly suffer and die. And that would be the biggest affront to human dignity of all.
Steven Pinker is Johnstone Professor of Psychology at Harvard and the author of The Stuff of Thought.