Hoy en el Reforma el centrista intelectual mexicano hace una evaluación del pontificado de Juan Pablo II. Un fragmento:
"... La fe católica no ganó espacio en el último cuarto de siglo, por el contrario, perdió algunos puntos. Las dinámicas poblacionales son una de las coordenadas explicativas. La fe musulmana sí creció como también lo hicieron las opciones evangélicas y los no afiliados a ninguna fe. En América Latina fueron los evangélicos los que absorbieron a la deserción católica... La dureza del Vaticano en asuntos como la planificación familiar alejó a muchos creyentes. La vida urbana, la modernidad, se impusieron ante preceptos doctrinales que, por los hechos, resultan cada día más difíciles de seguir. Ganó el realismo y México es ejemplo.
Pero hay más. El terrible flagelo del sida va a costar decenas de millones de vidas... ¿Cómo entender que los principales defensores de valorar la vida permitan que el horror avance por no aceptar el uso del condón. ¿Puede la doctrina enfrentarse así a la vida misma? ... ¿Hasta dónde el celibato como imposición es contra natura y por ende condena esa vocación? Ni siquiera se aceptó discutir el tema. Lo mismo ocurrió con otros asuntos centrales como el divorcio, la investigación científica en el ser humano a partir del DNA o la homosexualidad. ¿Progresista? La condena a la protección silenciosa a pederastas, incluido el fundador de los Legionarios de Cristo, será inevitable..."
Un gran texto... Es triste, pero cierto, mi iglesia, la gran Iglesia Católica se ha convertido en una estructura de muerte, y como diría Juan Pablo II, en una ideología del mal. Ojalá como Cristo, muera pronto, para después resucitar renovada. Eso espero en Dios.
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